viernes, 15 de marzo de 2024

 

[ 550 ]

Buzón 404

(estar está, pero por alguna extraña razón, no quieren que lo encuentres / 04)

 

 

 

A PROPÓSITO DE LA OTAN

 

 

 

“Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos”.

 

(Nicolás Maquiavelo)

 

 

LA DESINFORMACIÓN, según un ex-espía de la CIA y la NSA:

“Lo real se combina intencionadamente con lo falso, mediante tecnologías capaces de hacer mutar esa combinación en una confusión global sin precedentes.”

 

(Edward Snowden)

 

 

 

EJEMPLO PRÁCTICO EN BOLIVIA:

 

Cositas que se conocen “A GOLPE DE ESTADO PASADO”

“En el golpe de estado de 2019 en Bolivia, se utilizaron 68 mil cuentas de bots y otras miles de las llamadas ‘cuentas falsas’, para hacer viral la narrativa imperialista, es decir, para controlar y orientar lo que pudiera (mal)pensar la gente corriente ‘sobre la no injerencia yanqui’ si por un casual les diera por ahí”.

 

*

 

LA INMACULADA TRANSICIÓN

 

Mientras se intoxicaba a la gente con la ‘populista’ idea de que “Muerto Franco se acabó el franquismo”, la CIA, desde muchos años antes, pilotaba en la sombra el futuro cambio político que “disfrazaría” el aparato franquista y su prolongación monárquica, de impecable Estado democrático. De ese modo se haría posible a ojos de la bien entrenada  “opinión pública europea”, la integración de la nueva España en la CEE y la OTAN. El primer estorbo “gordo” para la integración en la OTAN no fue la izquierda todavía clandestina y antifranquista, sino el presidente franquista Carrero. Y, casi con toda seguridad, ese fue el motivo de su espectacular vuelo. Kissinger, que dos días antes  trató de hacerle entrar en razón, no se andaba con chiquitas con los insumisos. Franco soltó unas lagrimitas y se resignó: “No hay mal que por bien no venga”. Tras la muerte de Franco, y después del paripé de harakiri del bunker franquista, el presidente Suárez también se hizo el remolón con el asunto clave de la OTAN, y por si fuera poco cabreó a los yanquis enviando observadores a la Conferencia de Países No Alienados en 1977. Por su parte, el meritorio pelele de la CIA Felipe González, renuncia al marxismo en el congreso extraordinario de septiembre de 1979. De modo que por parte de la CIA se puso en marcha la operación de acoso y derribo contra el nuevo e imprevisto estorbo, Suárez y la UCD, que culminó en el mal amañado –por la CIA pero con la complicidad de casi todos los que entonces eran y poco después habrían de ser–Golpe de Estado del 23F de 1981. Una vez llegado al poder (1982), el PSOE, el principal de los que habrían de ser, incumplió su promesa de salir de la OTAN. Pero la cumplía con su “amado amo”, la CIA. ¿Cómo percibió toda esta maniobra la muy esperanzada ciudadanía? De lo esencial, como es costumbre secular, ni se enteró. Para decidir con libertad, es necesario contar con la información suficiente sobre los móviles y los datos en que se apoya una determinada propuesta. Pero por el contrario, los grandes medios de desinformación masiva y, en su selecto ámbito, los intelectuales orgánicos del “nuevo Régimen-78”, consiguieron que sólo se vieran las falsas y brillantes apariencias. Al mismo tiempo se combatió un “fantasma”, o sea un invento progre calificado como    antiamericanismo y antimilitarismo “emocional”. Dando a entender que ni contra los imperialistas yanquis ni contra su brazo terrorista OTAN, existían en la realidad de los hechos razones para criticarlos y rechazarlos. Los que “movían” los hilos de todo este tinglado desde Langley, no aparecieron en la foto trucada del “chufletero dúo socialista-obrero-español” Alfonso & Juan Guerra.

 

El 18 de febrero de 1986 aparece en “El País” un manifiesto, firmado por la inmensa mayoría de los intelectuales hasta entonces conocidos como antifranquistas, socialistas y eurocomunistas…Goytisolo, Semprún, Pradera, Ferlosio, Marsé… pidiendo el voto afirmativo para la permanencia-entrada en la OTAN.

 

“…es la que se dice: los escribidores, los periodiqueros, y los publicantones son los que han perdío con sus tiologías a esta judía tierra, maestro».”

(Galdós, ‘Fortunata y Jacinta’)


 

La excepción que confirma la regla, puede muy bien ser el antiguo militante antifranquista y psiquiatra, José Aumente (colaborador de la antifranquista revista TRIUNFO), que criticó esa coacción que recurría al miedo a la derecha y al vacío político, así como el «pragmatismo camaleónico» de un partido que había ido «descubriendo progresivamente la reforma y no la ruptura, la Monarquía y no la República, y más tarde, paso a paso, se le “abrieron los ojos” ante la Guardia Civil, el capitalismo, las multinacionales, el Ejército y la OTAN»

 

El 23 de febrero de 1986 una manifestación contra la OTAN reunió en Madrid a más de 120.000 personas, según la Delegación del Gobierno (PSOE), y concluyó con una intervención del historiador británico Edward P. Thompson

 

*

 

 

 

Escribe Andrés Piqueras:

“ESTE 12 DE MARZO SE CUMPLEN 38 AÑOS DE LA ESTAFA DEL REFERENDUM DE LA OTAN”

 

El 12 de marzo de 1986 se celebró un referéndum sobre la permanencia del estado español en la OTAN. Se hacía porque el PSOE había hecho campaña electoral en contra de la OTAN y, una vez en el gobierno, quería corregir la situación. El referéndum de permanencia en la OTAN contenía compromisos que jamás se cumplieron, pues se planteó con 3 condiciones:

 

1/ la no entrada en estructura militar;

 

2/ el cierre de las bases estadounidenses y

 

3/ la no autorización de armas nucleares.

 

Después de una campaña machacona con toda profusión mediática dirigida, mentirosa y llena de amenazas, la aprobación obtuvo el 52% de los votos (el referéndum fue rechazado en Euskal Herria del sur, Catalunya sur y Canarias).

 

A partir de ese fraude, la implicación española en esa máquina de terror no ha hecho más que crecer: cerca de 30 misiones militares, más de 130.000 efectivos, más de un centenar de víctimas mortales, intervenciones en las guerras de Yugoeslavia, Afganistán y Libia, con centenares de miles de víctimas. El Reino de España ha contribuido directamente a la expansión de la OTAN en Europa y mantiene fuerzas en Bulgaria, Rumanía, los países bálticos y Turquía, además de los despliegues navales en el Mediterráneo y el Báltico. Para todo ello ha aumentado los presupuestos militares hasta superar las exigencias de la OTAN, en detrimento de necesidades sociales, como la salud, la educación o las pensiones.

 

Las bases de EE.UU. en territorio peninsular son un punto de apoyo imprescindible para la estrategia imperial estadounidense en Asia Occidental, Asia Central y África y para proteger a los EE.UU. de un posible ataque nuclear, poniendo en grave riesgo al conjunto de la población.

 

En estos momentos en que la estrategia imperial pasa obligatoriamente por derrotar a Rusia, desmembrarla y apropiarse de sus recursos como garantía imprescindible para enfrentarse a China, la OTAN ha provocado la guerra contra Rusia en Ucrania. El Reino de España participa en esa guerra suministrando armamento y municiones, entrenamiento de tropas, propaganda de guerra y contribución con la infraestructura necesaria para alimentar al bando nazi de ese conflicto. Poniendo a las sociedades europeas en serio peligro de GUERRA, que viene a significar de DESTRUCCIÓN.

 

Nos es vital, por ello, posicionarnos frente a todo este despropósito, por la PAZ. Así como convocar a la ciudadanía a exigir:

 

La salida de la OTAN

 

El cierre de las bases norteamericanas, así como la base de la OTAN en Bétera (Cuartel General de Despliegue Rápido de la OTAN)

 

El regreso de las tropas en el exterior

 

El cese del apoyo al régimen nazi de Zelenski

 

La drástica reducción del presupuesto militar en el camino a una desmilitarización europea que sustituya el imperialismo por la construcción de una paz justa entre los pueblos

 

La lucha por la PAZ frente al imperialismo debería constituirse en estos momentos en elemento clave de las luchas y movilizaciones sociales. Nos jugamos las posibilidades de existencia.

 

*

 

jueves, 14 de marzo de 2024

 

[ 549 ]

 

NO LEA ESTO

 

Luis Britto García 

 

 

 

1

 

Todo cuanto usted lea, escriba, hable, grabe, fotografíe o comunique en un dispositivo informático irá con seguridad a parar a alguna agencia de seguridad de Estados Unidos o de sus cómplices. Lo mismo ocurrirá con sus propios datos, con los de sus seres queridos y sus destinatarios, con la información sobre todo lo que usted posea, use, compre, alquile, consuma, tome en préstamo, deseche o meramente desee al extremo de preguntar su precio o inquirir información. Igual  pasará  con su viajes,  infracciones o contravenciones: todo será registrado y preservado incluso hasta después de que usted lo haya olvidado o muera, para uso exclusivo de agencias de vigilancia o monopolios.  Tal es la conclusión de Edward Snowden en su escalofriante libro Vigilancia Permanente, (Editorial Planeta, 2019) memoria de su accidentado paso como voluntario por el Ejército estadounidense,   contratado por la Central Intelligence Agency (CIA) y la National Security Agency (NSA) y exiliado perpetuo en Rusia  para escapar de la persecución de sus antiguos colegas.

 

 

2

 

¿Cómo pasa un más o menos ingenuo hacker adolescente de contratado de agencias de espionaje a prófugo de casi todas las policías políticas del mundo? El proceso es paralelo al de degradación de la World Wide Web, red milagrosa que ponía al alcance de cualquiera todo el conocimiento del mundo y posibilitaba el trabajo y la organización a distancia, la cual  fue rebajada a lúgubre instrumento de espionaje al servicio de gobiernos a su vez inmunes a toda investigación. El aforismo de Marshall McLuhan reza que “el medio es el mensaje”. Pronto la propiedad masiva sobre  los medios influiría ciertamente sobre su contenido. Como señala Snowden, “Los cables, los satélites, los servidores, las torres... Tanta infraestructura de internet está bajo control estadounidense que más del 90 por ciento del tráfico mundial de internet pasa por tecnologías de cuyo desarrollo, propiedad y funcionamiento son responsables el Gobierno estadounidense y negocios estadounidenses, en su mayoría emplazados físicamente en territorio de Estados Unidos. (…) Lo que estoy definiendo como fundamentalmente estadounidense no es solo la infraestructura de internet, sino también el software (Microsoft, Google, Oracle) y el hardware (HP, Apple, Dell) de los ordenadores. Es todo, desde los chips (Intel, Qualcomm) hasta los enrutadores y los módems (Cisco, Juniper), los servicios web y plataformas de correo electrónico, redes sociales y almacenamiento en nube (Google, Facebook y Amazon, que es el más importante en cuanto a estructura aunque permanezca invisible, ya que ofrece servicios en nube al Gobierno estadounidense, aparte de a la mitad de internet)”(Snowden).

 

 

 

3

 

Al principio la web refugiaba informáticos heterodoxos que ocultaban su identidad pero exponían  libremente su pensamiento; al poco tiempo los consorcios la convirtieron  en vitrina de exhibición de falsas identidades de quienes  carecían de ideas. En su libro The Lonely Crowd (La Muchedumbre solitaria) Vance Packard demostró que la aglomeración en las ciudades de multitudes que habían perdido sus vínculos familiares y regionales creaba un desolador sentimiento de aislamiento y soledad. Mark Zuckenber ideó negociar la promoción de un compañerismo ficticio, aplicando el cursi modelo de los álbumes familiares donde los parientes inscribían sus incidencias anodinas y las notas adulatorias de las visitas. Facebook es un álbum de familia informático donde las masas inscriben eventos personales nimios para compartirlos con audiencias de amigos tan ficticios como las identidades que en él exhiben. Ese basurero sin embargo es oro para las empresas de mercadeo y de espionaje político. En las redes “sociales” quedan atrapados como peces todos los datos que interesan a los poderes económicos y políticos: nivel de ingresos, grupo familiar, hábitos de consumo, propiedades, gustos, pasatiempos,  preferencias sentimentales, amistades, enemistades, vicios, prejuicios,  carencias: cuanto el poder quiera saber sobre usted, voluntariamente aportado por usted mismo. Añadamos que portales y redes se pretenden propietarias de cuantos contenidos deposite  en ellas, y los almacenan en “nubes” donde permanecen eternamente, sin que el informante tenga un derecho cierto a recuperarlos ni eliminarlos. Toda una sociedad reducida a información, y toda información apropiada de manera absoluta por una élite que no rinde cuentas a nadie. Como apunta Snowden:

 

“Todos nuestros dispositivos, desde nuestros teléfonos a los ordenadores, son básicamente censadores en miniatura que llevamos en las mochilas o bolsillos: censadores que recuerdan todo y que no olvidan nada”

(Snowden).

 

Y añade:

 

“Pongamos, por ejemplo, una llamada de teléfono: entre sus metadatos pueden estar la fecha y la hora de la llamada, la duración, el número desde el que se ha llamado, el número al que se ha llamado y las ubicaciones de ambos. Los metadatos de un email pueden ser información sobre el tipo de ordenador en el que se generó, dónde y cuándo, a quién pertenecía el ordenador, quién envió el mensaje, quién lo recibió, dónde y cuándo se envió y recibió, y quién aparte del emisor y del receptor tuvo acceso a él (si hubo alguien), y dónde y cuándo. Los metadatos pueden decirle a tu vigilante la dirección en la que dormiste anoche y a qué hora te has levantado esta mañana. Revelan todos los sitios que has visitado durante el día y cuánto tiempo has pasado en cada uno de ellos. Muestran con quién has estado en contacto y quién se ha puesto en contacto contigo”

(Snowden).

 

 

Y para colmo, cada página web que abres intenta implantarte un cookie, un mecanismo espía a tiempo completo que remitirá perpetuamente información sobre ti con destino desconocido.

 

 

4

 

La segunda degradación de la informática es la privatización de la seguridad. Tras la inexplicable falta de alertas ante el atentado de las Torres Gemelas, se desató en Estados Unidos y sus semicolonias una histeria de la seguridad. Para eludir controles parlamentarios, agencias de seguridad como la CIA y la NSA  recurrieron  a contratistas privadas, las cuales a fin de ahorrar salarios  y prestaciones sociales subcontrataron con  hackers explotados sin condición de servidores públicos. Así se explica que uno de éstos, Edward Snowden,  descubriera que la NSA, lejos de proteger al país, había desarrollado un colosal aparato secreto de espionaje contra la propia ciudadanía. El número de estadounidenses sometidos a operativos de vigilancia era mayor que el de extranjeros víctimas de ellos. Estos operativos se desencadenaban sin conocimiento del afectado,  orden judicial,  derecho a la defensa ni fecha  de caducidad, y con secuestros y torturas en bases extraterritoriales fuera del alcance de los tribunales, como Guantánamo. Ira Hunt, el director de tecnología de la CIA, declaró desembozadamente que “básicamente, intentamos recopilarlo todo y guardarlo para siempre”. Y añadió: “Tenemos prácticamente a nuestro alcance la posibilidad de procesar toda la información generada por el ser humano”. Estados Unidos había devenido un sistema policíaco, sin cabida para el disenso ni la libertad de opinión.

 

 

5

 

¿Quién podía hacer temblar este coloso invulnerable e incontrolable que se atribuía poderes absolutos sobre el pueblo estadounidense y el resto del planeta? Adivinó usted: un idealista trasnochado. El joven hacker Edward Snowden no podía dormir pensando que él, su familia, su novia Lindsay eran incesantemente espiados por un aparato que violaba la Cuarta Enmienda de la Constitución:

 

«No se violará nunca el derecho del pueblo a estar seguro frente a cualquier tipo de registro e incautación injustificados, lo que se aplicará a su persona y a sus casas, documentos y efectos, y tampoco se emitirá ninguna orden judicial, salvo ante la existencia de una causa probable que vaya respaldada por un juramento o una declaración, y que describa particularmente el lugar que ha de registrarse y las personas o cosas que han de incautarse o detenerse».

 

Los “documentos y efectos” comprenden hoy en día nuestros datos y comunicaciones de internet. Compilarlos sin orden judicial es inconstitucional.

 

 

6

 

¿Cómo hacer cumplir la Constitución? Mediante la denuncia pública. Snowden se convirtió en prófugo voluntario y huyó a Hong Kong para entregar sus informes a los periodistas. Planeaba volar  a Moscú, La Habana, Caracas y Quito, para pedir allí asilo político. Estados Unidos le anuló  el pasaporte y quedó anclado en Rusia. Ante el escándalo periodístico, el presidente Obama retiró a  regañadientes algo de la vigilancia sobre sus conciudadanos, pero la siguió ejerciendo sobre el resto del planeta. Elites de las que no sabemos nada lo saben todo sobre todos. Sobre usted y sobre mí. Sálvese quien pueda.

 

 

 

 

Fuente:

https://luisbrittogarcia.blogspot.com/2024/03/no-lea-esto.html

 

*

 

martes, 12 de marzo de 2024

 

[ 548 ]

 

 

Buzón 404

(estar está, pero por alguna extraña razón, no quieren que lo encuentres / 03)

 

 

 

 

GALDÓS: el realismo, la neutralidad y la OTAN.

 

Decía Juan Benet el autor –también de una serie de novelas ilegibles y ensayos que probablemente no han leído completos ni siquiera los sacrificados correctores de la editorial “polanquista” que lo crió–, del Manifiesto-PSOE de apoyo a la entrada en la OTAN de 1986, redactado por cierto, Gerardo Iglesias dixit, en  presencia de “Dios”, Txiki Benegas dixit (Felipe González presumía de su “ambigüedad calculada” hasta que abandonó la bandera anti-OTAN después de ganar las elecciones.) en la, supongamos, modesta chabolita de un tal Alberto Oliart, sujeto que por entonces interpretaba el papelón de Ministro de Defensa (con “Dios” al mando aunque éste a su vez como buen títere, simplemente obedecía, y qué mal lo disimulaba, las órdenes del Pentágono) y también en su día de querido suegro de un tal Sabina, sí, el mismo tipejo, el superfan del héroe-nazi-Zelensky). A lo que vamos. Decíamos que Benet decía, entre muchas otras pamplinas allá por los años setenta, lindezas de este calibre:

 

“Benito Pérez Galdós es un escritor de segunda fila”.

 

Ahí queda eso. ¿Desde que fila nos habla Benet? Ya se pueden imaginar. Nunca destacó por su modestia este ‘ensoberbecido’ ingeniero que, armado de un exclusivo y envidiable Cadillac, cuando los escogiditos miembros de su capillita viajaban, el que mejor en seiscientos, y los más en metro o autobús, y sobre todo aportaba cienes y cienes de hectólitros de whisky de malta para atraer a su “pesebre” a lo más granado de los escribas pequeñoburgueses (todos ellos cuando llegó el momento firmantes del aludido  Manifiesto pro-OTAN) de la supuesta “izquierda antifranquista” que, lo que son las cosas, resultó que ni izquierda ni antifranquista sino fervientes abanderados del “neutral” polanquismo-otanista.

 

Firmantes del Manifiesto “benetiano” Pro-OTAN, aunque no, no están todos ni todas:

Julio Caro Baroja, Eduardo Chillida, Antonio López, Carlos Bousoño, Rafael Sánchez Ferlosio, Jorge Semprún, Javier Pradera, Jaime Gil de Biedma, Luis Goytisolo, Amancio Prada, Oriol Bohígas, Juan Cueto, Juan Marsé, Víctor Pérez Díaz, Carlos Moya, José Antonio Fernández Ordóñez, Adolfo Domínguez, Eduardo Úrculo, Luis Antonio de Villena, Jaime de Armiñán, Beatriz de Moura, Santos Juliá, Luis de Pablo, Francisco Calvo Serraller, Ricardo Muñoz Suay, Marta Moriarty, Ignacio Gómez de Liaño, Michi Panero, Tomás Llorens…

 

Volviendo a Galdós, lo que Benet no le perdona y por eso lo desprecia  es su “realismo”, su trato directo y compromiso con la grosera realidad de los hechos que, nuestro exquisito ingeniero calificaba de pretencioso y falto de imaginación, meramente fotográfico, chato, burdamente sociológico, extraliterario… y, añadía al mismo paredón, a sus confesos compinches Leopoldo Alas, Clarín y Emilia Pardo Bazán.

 

Vemos que el “realismo” era y es en la actualidad el auténtico caballo de batalla (en esencia nada que ver con la polémica Lukács / Brecht), tanto de los que atacaban y atacan como de los que  defendían y defienden a Galdós. Porque, no nos engañemos, Benet en realidad disparaba contra el “realismo socio-comunista” de su tiempo, o sea contra el llamado “realismo social” que a duras penas emergió bajo la dictadura franquista. Ese “realismo social” que practicaban principalmente escritores “comunistas” como, por citar algunos, Alfonso Sastre, Antonio Ferres, Jesús López Pacheco, Armando López Salinas en la actualidad borrados del mapa literario español. Sin embargo siguen figurando en el mapa con letras de molde, algunos supuestos escritores del “realismo social” que como Sánchez Ferlosio, Goytisolo, o Marsé… acabaron "besando" la “imperialista” bandera de la OTAN.

 

Afirmaba Clarín que el naturalismo (realismo) no era mera sociología sino que era artístico, y que cualquier escritor, utilice la lupa que utilice, no ve igual la realidad que otro. Pero está claro que con lupa o sin lupa, no me imagino yo, por ejemplo, al imaginativo ingeniero Benet prestando atención a una realidad tan prosaica como inocultable en los años cincuenta, que tal era el fenómeno del chabolismo en las grandes ciudades y, interesado por el tema, escribiendo una novela como “La piqueta” del “realista social” Antonio Ferres. Todavía hay clases y por su parte, queda claro que el ingeniero Benet no se rebaja a copiar la cruda realidad social del país en el que vive (lejos de los suburbios chabolistas) ni a interpretarla o reflejarla, puesto que él tiene super-poderes, él, según sus propias palabras, “inventa su propia realidad”. Así cualquiera, ¿no les parece? Con ignorar las sórdidas chabolas en la inventada “Región”, problema resuelto…

 

Años después y en la misma dirección que dicta el trío PRISA-PSOE-OTAN, el novelista más barato, y por eso más premiado, además de eficaz blanqueador del franquismo y la Inmaculada Transición,  y a más a más fan nº 1 del Emérito tristemente exilado en Dubai, el tal Javier Cercas, desde su púlpito nos sermonea del siguiente modo:

 

“De un tiempo a esta parte la novela española vive el retorno de un realismo didáctico, moralista y edificante, que yo no creo que lleve muy lejos, pero que quizá es una de las razones del fervor renovado por Galdós. (...) No le hacemos ningún favor a la literatura —ni siquiera a Galdós— cuando, llevados por el celo patriotero o por el legítimo entusiasmo, lo elevamos a la altura de Dickens o Flaubert, de Tolstói o Conrad o Dostoievski; es decir, a la de los mejores de sus contemporáneos".

 

El ranking de Cercas, como ya se pueden imaginar, no coincide con el de Clarín: “Los dos únicos novelistas vivos que me gustan –le escribe–son usted y Zola”.  y tampoco con el de Antonio Machado (el hermano desconocido de Manuel, que decía Borges, el cieguito facha): “No iguala a Dickens en el arte de apuntar el detalle, pero lo supera en la visión sintética y creadora que se apodera del carácter”. Y menos con el crítico Francisco Cánovas: "¿Galdós es menos por ser costumbrista? ¿Y entonces Faulkner?". Y mucho menos ‘imaginar’ que un historiador marxista norteamericano titularía uno de sus últimas obras: “No se puede ser neutral en un tren en marcha” y desvelaría la impostura de lo “neutral” en las sociedades divididas en clases.

 

En fin, qué se puede esperar de escritores de “segunda fila” como Clarín o Machado… frente a un ganador del Premio Planeta y, por si fuera poco, columnista del diario otanista “El País”.

 

A Cercas le molesta que Galdós no sea neutral, que se “moje mucho” (en asuntos políticos, sociales, religiosos...). Debe de ser que él, es lo que tiene inventarte tu propia realidad, se considera a sí mismo un escritor neutral a pesar de su militancia en las filas del Régimen-78, con su monarquía y su prolongación del franquismo ‘con camisa nueva’ y sobre todo con su OTAN. Aunque, no sé si será el caso, hay autores que declaran muy serios ellos que nunca leen sus obras “ya publicadas”, y eso lo explicaría todo, o casi todo, digo la incongruencia de sus afirmaciones contrastadas con sus propias obras. En fin. De cualquier manera resulta curiosa la petulante regañina de Cercas a Galdós cuando saca a colación una cita (1852) de Flaubert, dando a entender que, a este sí, lo considera un escritor neutral (Sartre lo consideraba un infame por no haber escrito una sola línea denunciando la masacre de los comuneros de París), y subrayando que el francés era, según confesión propia, uno de los autores favoritos del hereje canario…

 

“El autor debe estar en su obra como Dios en el universo: presente en todas partes, pero sin que se le vea en ninguna".

 

 

Para Cercas la verdad es literaria, a lo Kafka o Flaubert, y no es histórica ni concreta, a lo Galdós. Negar ‘verdad literaria’ a la copiosa y variadísima obra de Galdós, en mi opinión demuestra que lo ha leído poco o, lo más probable, que no ha entendido nada. Y si no es capaz de ver nada concreto y histórico en la pulidísima obra del francés o en los inacabados relatos del checo, tres cuarto de lo mismo.

 

El realismo didáctico, moralista y edificante, que le endosa Cercas, le costó a Galdós la furiosa enemistad de jesuitas y conservadores monárquicos. Es lo que pasa cuando no te conformas con ‘una escritura neutral’, ajena al concreto contexto histórico en el que vives. No contento con incordiar a las fuerzas reaccionarias de la Iglesia y la monarquía, Galdós se complicó la vida con la militancia política: primero fue diputado con el Partido Liberal y más tarde con la Conjunción Republicano-Socialista. Tuvo al mismo tiempo la osadía de estar al tanto de los acontecimientos socio-políticos y culturales y, en consecuencia, entender la literatura como instrumento para la transformación social. Concretando, no disimuló en ‘Los Episodios nacionales’ un objetivo pedagógico, ni que pretendía dar a conocer al gran público una Historia que en sustancia, y no por casualidad, le era institucionalmente escamoteada y por eso prácticamente desconocida.

 

La presencia de contenido ideológico en una obra literaria, se admita o no, es ineludible para cualquier autor independientemente de su voluntad, otra cosa es el peso y la medida de tal presencia en forma explícita o implícita. Claro que no hay peor ciego que el que no quiere ver, lo que hay o lo que falta. Pero esa ceguera voluntaria, ese dogma que no ve más que lo que quiere ver, también es, por más que a algunos le pese, una postura ideológica.

 

A Galdós se le criticaba  “el sabor a puchero” de sus escritos, o el “tufillo casero” de su prosa (y el se vengaba jocosamente incluyendo en sus novelas las más  excesivas alabanzas al modesto e incombustible garbanzo). Sin embargo, Luis Cernuda consideraba que, a mediados del siglo XX, la obra de Galdós seguía viva y actual. Y Antonio Machado lo definía, y así lo hizo saber en vida del autor, como el más fecundo de los novelistas españoles, el más fuerte, el más creador, el más original entre los maestros de su tiempo.

 

Creo que viene a cuento, para que no se diga, que incluso grandes poetas comunistas y comprometidos con las luchas políticas, hablo de Pablo Neruda, han caído en el mismo error de utilizar “la escritura neutral” (tal y como él la entiende), como arma arrojadiza, aunque en este caso concreto, Neruda denuncie (en su libro de memorias ‘Confieso que he vivido’) la ‘neutralidad’ desde la propia trinchera de izquierda comprometida, o sea echándole en cara a Alejo Carpentier ‘ser uno de los hombres más neutrales que he conocido. No se atrevía a opinar sobre nada, ni siquiera sobre los nazis, que ya se le echaban encima a París como lobos hambrientos’. Por el contrario, y subrayando la malignidad injustificable de Neruda, Julio Rodríguez Puértolas destaca los artículos de Carpentier, publicados en los años treinta, dedicados a denunciar al fascismo italiano y al nazismo alemán, y otros en los que ataca al gran capital con nombres y apellidos: los Rothschild, los Ford o los Deterding. Por no hablar de su compromiso “presencial” con la lucha antifascista de los republicanos españoles.

 

Escribe Carpentier:

“ En 1937 volví a España (…) viajé desde París con César Vallejo, Malraux, Marinelo y Pita. En Valencia recibimos nuestro bautismo de fuego la misma noche que llegamos; la aviación fascista bombardeó la ciudad; las bombas estremecían el hotel. Mi compañero de cuarto dormía en la cama sin hacer caso de las bombas. ‘No va a pasar nada’, me dijo, y volvió a meterse debajo de la colcha. Era el escritor Lukács.”

¿otro escritor neutral, querido Pablo?

 

En nuestros días, críticos como Carlos Blanco Aguinaga o novelistas como Rafael Reig o Rafael Chirbes –todos ellos alineados claramente contra la OTAN–, han alabado no sólo los sólidos valores literarios del maestro canario sino su extraordinaria capacidad para construir personajes memorables y para contar y describir de forma magnífica el ambiente social, político y cultural de la España del siglo XIX.

 

En definitiva, nada como leer a Galdós “sin filtros intermediarios que coaccionen nuestra conciencia”, para adquirir un criterio fundamentado y propio sobre su concepto de la literatura, de la historia y del compromiso social e histórico de todo artista e intelectual que se precie de serlo. En cualquier caso, con Galdós, además del saludable y gratificante ejercicio intelectual (que le permitirá distinguir a los auténticos verdugos de las verdaderas víctimas), los buenos ratos, la sonrisa, la risa y hasta la carcajada, están garantizados.

 

lunes, 11 de marzo de 2024

 

[ 547 ]

 

CONTRAHISTORIA DEL LIBERALISMO

 

Domenico Losurdo

 

(…)

 

 

capítulo segundo

 

LIBERALISMO Y ESCLAVITUD RACIAL:

UN SINGULAR PARTO GEMELAR

 

 

3. EL ESCLAVO NEGRO Y EL SIERVO BLANCO: DE GROZIO A LOCKE

 

El autogobierno de la sociedad civil, mientras estimula el desarrollo de la esclavitud-mercancía sobre una base racial y excava un abismo insondable y sin precedentes entre blancos y pueblos de color, triunfa agitando la bandera de la libertad y de la lucha contra el despotismo. Entre estos dos elementos, que ven juntos la luz, en el curso de un singular parto gemelar, se instituye una relación rica en tensiones y contradicciones. En tal celebración de la libertad, que se entrecruza con la realidad de un poder absoluto sin precedentes, se puede advertir claramente una ideología. Por mistificadora que pueda ser, la ideología siempre implica algo; es más, su función mistificadora no puede ni siquiera imaginarse sin una cierta incidencia en la realidad social concreta. Y mucho menos la ideología puede ser considerada sinónimo de engaño consciente: si así fuera, no lograría inspirar las mentes y producir una acción social real y estaría condenada a la impotencia. Los teóricos y los protagonistas de las revoluciones y de los movimientos liberales están animados por un pathos fuerte y convencido de la libertad, y precisamente por eso, sienten embarazo por la realidad de la esclavitud. Es obvio que en la mayor parte de los casos, tal embarazo no llega hasta el punto de poner en discusión la «propiedad» sobre la que reposan la riqueza y la influencia social de la clase protagonista de la lucha por el autogobierno de la sociedad civil. En lo que concierne a Inglaterra, el asunto termina tomando la vía que traslada la esclavitud propiamente dicha a un área geográfica lejana de la metrópoli, ubicada tras el límite del mundo civilizado, donde, precisamente a causa de la contigüidad y de la presión de la barbarie circundante, el espíritu de la libertad no logra manifestarse en toda su pureza, como, por el contrario, ocurre en la Inglaterra propiamente dicha, en esa que es la patria auténtica, la tierra prometida de la libertad.

 

Pero, a tal conclusión se arriba a través de un camino caracterizado por oscilaciones y contradicciones de diverso género. En Grozio todavía no está bien visible la barrera del color, que separa el destino reservado a los negros de la condición a la que pueden ser sometidos los estratos más pobres de la población blanca. Así, leemos:

 

«Hay una servidumbre perfecta [servitus perfecta], que obliga a los servicios perpetuos a cambio de los alimentos y de las demás cosas necesarias para la vida; entendida y contenida así en los límites de la naturaleza, esta no resulta demasiado dura».

 

Sin embargo, la esclavitud no es la única forma de servitus, es solo «la especie más vil de sometimiento» (subjectionis species ignobilissima: JBP). Existe también la servitus imperfecta, propia, entre otras, tanto de los siervos de la gleba como de los mercenarios o asalariados (JBP). Y, por lo tanto, es el trabajo en cuanto tal el que se incluye bajo la categoría de «servidumbre» (servitus) o de «sometimiento» (subjectio). Obviamente, entre las dos formas de «servidumbre» y de «sometimiento» hay una diferencia. Si bien el patrono incluso viola la «razón natural» o la «justicia plena e interior», y las normas de la moral, en base a la legislación vigente en algunos países, él puede matar impunemente a su esclavo y, por lo tanto, ejercer sobre él un derecho de vida y de muerte (JBP). Es una situación que no se verifica en el ámbito de la servitus imperfecta y de la relación de trabajo que recurre a los mercenarios o asalariados. Y, sin embargo, en realidad tenemos que vérnosla con una species particular de ese único genus que es la servidumbre o el sometimiento. El límite entre las distintas especies es fugaz. Por ejemplo, en lo que respecta a los «aprendices [apprenticií] en Inglaterra», hay que señalar que «durante el período de su aprendizaje estos se acercan a la condición servil [conditio servilis]» por excelencia, es decir, a la condición de los esclavos propiamente dichos (JBP). Por otra parte, para expiar un crimen se puede ser condenado a trabajar y a ofrecer sus propios servicios, ya sea en calidad de esclavo o de individuo sometido a cualquier forma de «servidumbre imperfecta» (JBP).

 

Respecto a Grozio, Locke se preocupa por distinguir con más rigor entre las distintas formas de servidumbre. Es cierto que no faltan elementos de continuidad. A propósito del trabajo asalariado y del contrato que lo instituye, el filósofo liberal inglés escribe: «Un hombre libre puede constituirse en criado de otro». Como se ve, el trabajo en cuanto tal continúa siendo asumido bajo la categoría de servidumbre: de hecho, el contrato introduce al asalariado «en la familia de su amo y queda bajo la disciplina corriente en esa familia»; esa disciplina es, sin embargo, bien distinta del poder ilimitado que caracteriza la relación de esclavitud y define «la condición de esclavitud perfecta» (perfect condition of slavery: TT). A grandes rasgos surge nuevamente la distinción groziana de servitus perfecta y servitus imperfecta.

 

Pero Locke exhorta a no confundir el servant y el slave. Grozio compara al esclavo con un «mercenario perpetuo» o con un asalariado ligado durante su vida natural al mismo patrono (JBP). Locke, por el contrario, subraya que se trata de dos «personas de condiciones bien distintas». El poder que el patrono ejerce sobre el siervo, además de ser «pasajero», «no es mayor que el previsto por el contrato»; es un «poder limitado» (TT). Si bien por una parte mejora la condición del siervo, por la otra empeora de manera clara la del esclavo propiamente dicho. Obviando las reservas morales de Grozio, que invita al patrono a respetar no solo la vida, sino también el peculio de su esclavo (JBP), Locke no se cansa de subrayar que el patrono ejerce sobre el esclavo un «dominio absoluto» y un «poder incondicional», un «poder legislativo de vida y de muerte», «un poder arbitrario» que afecta la propia «vida» (TT).

 

Llegados a este punto, el esclavo tiende a perder sus características humanas para reducirse a cosa y a mercancía, como resulta en particular de la referencia a los dueños de plantaciones de las Indias occidentales, los cuales poseen «esclavos o caballos» (Slaves or Horses) como resultado de una «adquisición» (purchase) regular, y esto es «gracias al contrato y al dinero» (TT). Sin ningún acento crítico, Locke procede a un acercamiento que, por el contrario, en la literatura abolicionista tiene un significado de fuerte e indignada denuncia. Esto vale para Mirabeau, que parangona, como veremos, la condición de los esclavos norteamericanos a la «de nuestros caballos y de nuestros mulos»; y vale para Marx, que en El Capital observa:

 

 

«El propietario de esclavos compra a su trabajador como adquiere su caballo».

 

 

Locke representa un vuelco en el plano teórico. Los esclavos negros, liberados en ocasiones por sus amos, durante largo tiempo fueron sometidos a una condición en ciertos aspectos similar a la de los indentured servants, es decir, de los blancos semiesclavos temporales y sobre la base de un contrato: y esta es la ambigüedad que halla expresión en el texto de Grozio, el cual puede, por lo tanto, hacer valer la categoría de contrato también para la servitus perfecta. En Locke, por el contrario, es posible comprender el desarrollo que la chattel slavery y la esclavitud racial comienzan a tener a partir de finales del siglo XVII. Toda una serie de colonias inglesas en América promulgan leyes encaminadas a aclarar que la conversión del esclavo no implica su liberación. En este sentido se expresa también Locke en 1660 cuando, remitiéndose a Pablo de Tarso, afirma:

 

«La conversión al cristianismo no elimina ninguna de las obligaciones que cumplía antes; […] el Evangelio continúa manteniendo a los hombres en la misma condición y sujetos a las mismas obligaciones civiles en las que los había hallado. Las personas casadas no deben abandonar al consorte, ni el siervo se emancipa de su patrono».

 

 

En plena coherencia con este planteamiento teórico, en el proyecto de Constitución de Carolina Locke apoya la irrelevancia de la eventual conversión al cristianismo sobre la condición del esclavo. Y, una vez más, aflora el elemento de novedad. Aun rechazando la lectura de tono abolicionista del cristianismo, Grozio se remite repetidamente a la literatura cristiana para subrayar la humanidad común de siervo y patrono, ambos sometidos al Padre que está en los cielos, y por tanto, entre ellos en una relación que es, en cierta manera, de fraternidad (JBP). El Segundo Tratado sobre el gobierno se preocupa, al contrario, por precisar que el principio de igualdad es válido solo para «seres de la misma especie y de idéntico rango» (Creatures of the same species and rank), a menos «que el Señor y Dueño de todos ellos haya colocado, por medio de una clara manifestación [manifest Declaration] de su voluntad, a uno de ellos por encima de los demás y que le haya conferido, mediante un nombramiento evidente y claro, el derecho indiscutible al poder y a la soberanía» (TT). Sobre los negros pesaba la maldición que, según el relato del Antiguo Testamento, Noé había lanzado contra Cam y sus descendientes: este motivo ideológico, a menudo invocado por los defensores de la institución de la esclavitud, parece hallar cierto eco también en Locke.

 

No hay duda: el filósofo liberal inglés legitima la esclavitud racial, que se va afirmando en la realidad político-social de la época. Sometida a condiciones cada vez más gravosas, la práctica de la emancipación tiende a desaparecer, mientras que la barrera infranqueable entre blancos y negros es sancionada por las normas que prohíben las relaciones sexuales y matrimoniales interraciales, al tiempo que salen del juego la religión y el bautismo. Llegados a este punto, la categoría del contrato puede servir para explicar solo la figura del servant, mientras que el esclavo resulta esclavo como consecuencia del derecho de guerra (más exactamente, de la guerra justa de la que son protagonistas los europeos empeñados en las conquistas coloniales), o bien de una «clara manifestación» divina.

 

Con el objetivo de aclarar la diferencia entre la «condición de esclavitud perfecta» y la de siervo por contrato, Locke se remite al Antiguo Testamento, que prevé la esclavitud perpetua y hereditaria solo para los gentiles, excluyendo de ella a los siervos consanguíneos del patrón hebreo (TT). La línea de demarcación entre hebreos y gentiles que ofrece el Antiguo Testamento se configura en Locke como la línea de demarcación entre blancos y negros: los siervos de origen europeo no están sometidos a la «esclavitud perfecta», que está destinada a los negros y desplazada a las colonias…

 

(continuará)

 

 

 

 

[ Fragmento de: Domenico Losurdo. “Contrahistoria del liberalismo” ]

 

*

 

 

sábado, 9 de marzo de 2024

 

[ 546 ]

 

Buzón 404

(estar está, pero por alguna extraña razón, no quieren que lo encuentres / 02)

 

 

 

Doménico Losurdo los lee, al enemigo digo y, de ese modo sencillo y directo, consigue pillarlos con las manos:

“en la mierda, mierda, mierda” (Lourdes Ortiz dixit).

 

“…La lectura de Imperio de Hardt y Negri nos lleva a conclusiones análogas. Los hemos visto anunciar la desaparición del imperialismo y el advenimiento de una «paz perpetua y universal» mientras a su alrededor, envalentonados por la conclusión triunfal de la guerra contra Yugoslavia y por ver demostrada la posibilidad, para Occidente y el país que lo encabeza, de desencadenar guerras soberanamente en cualquier rincón del mundo, periodistas, ideólogos y filósofos de éxito rehabilitaban explícitamente el colonialismo y el imperialismo e invocaban y legitimaban por adelantado las guerras necesarias para silenciar a quienes osasen desafiar la pax americana. De nuevo tenemos que preguntarnos: ¿qué periódicos había sobre el escritorio de Hardt y Negri cuando proclamaron que se había realizado ya la utopía de un mundo sin guerras?...”

 

*

 

 

 

LA GENTE, POR LO GENERAL, VA DE CULO...

 

 

Leo en Engels:

 

La Comuna concedió a todos sus electores el derecho a revocar en todo momento a sus elegidos… que además cobraban un sueldo similar a los demás trabajadores…”

 

y a partir de aquí, digamos que salvando, pero no olvidando, los ciento cincuenta años transcurridos, me viene a la mente una noticia reciente que da que pensar: En la actual Argentina, empantanada en una absoluta bancarrota (según datos oficiales 60% de ciudadanos en la pobreza y 10% en la indigencia extrema), el impresentable-presidente-anarco-fascista Javier Milei que , después de promover y firmar discretamente una modesta subida de sueldo (la lógica del saqueo) a diputados y senadores –si no para que se piden créditos al siempre generoso y desinteresado tentáculo yanqui: FMI–, de un modesto monto de sólo un 30%, ha decidido, de momento, dar marcha atrás, “no vaya a ser que la jodamos a las primeras de cambio”. Y no lo ha hecho por capricho –digo ni el pasito adelante ni el pasito patrás– , como cuando, dando muestras de “coherencia oportunista”, le dio por insultar al Papa primero y luego, ya apoltronado, no dudó en arrodillarse y besarle los pinreles en el plató del Vaticano and CIA.  No, ocurre que una vez que la cosa ‘de la merecidísima paguita extra’ se ha hecho pública de mala manera y, “ya sabés que la chusma además de envidiosa es enfadosa”, ha provocado las indignadas reacciones de los siempre descontentos movimientos sociales y, aquí está el lamentable error contable (la lógica de los votos), de muchos de sus propios y no tan incondicionales  votantes –cierto que la gente se acostumbra, pero coño Milei, necesita su tiempo–. El caso es  que muchos “mileistas” se han quedado literalmente bizcos con el más que precipitado “sablazo” al escasísimo dinero público,  y es que las inocentes criaturas todavía tienen las orejas calentitas de los demagogos discursitos anti-casta-corrupta con que han sido bombardeados (¡y que ya olían a pescado podrido!) en la recientísima y, no lo PODEMOS olvidar, aunque avergüence a mas de uno, victoriosa campaña electoral del muy honesto aunque neoliberal (al igual que sus honestísimos y opacos financiadores) hasta las cachas y fanático “trumpista”, «Motosierra Milei».

 

Una vez más, los indeseables que no votamos (porque uno –según dicen los listillos que se las dan dan de nihilistas pero, en la práctica tan sumisos y estúpidos que sin rechistar votan, como buenos y consentidores subalternos,  lo que los amos les sirven en el menú único–, se cretiniza poco a poco con la para ellos injustificable y perezosa abstención… pero, y todo hay que decirlo aunque los zombis ni puto caso, no  es menos verdad que en las pobladísimas mesas de los colegios electorales (distintos estuches, mismo contenido), por no hablar del blindado monopolio de los medios de propaganda y difusión,  no han dejado ni el menor espacio (invisibles e inaudibles) o hueco para las papeletas de los nuestros, o sea la izquierda perseguida y silenciada, no entregada, no integrada y sí antimperialista, anticolonialista, antifascista y con radical vocación socialista… en fin, ¡cosas de la democracia representativa de corte occidental!). Se puede comprobar, sigo diciendo, a poco que desvíes tu “estólida” mirada de la pantalla de tu inseparable teléfono “inteligente” y su hegemónica "realidad inventada", que las atronadoras prédicas y sermones triunfales contra la corrupción, así a mogollón, realizadas por todo quisque sin excepción, (total cositas que a nada comprometen, ya que después de la misa, se "toca calle" y entonces “cada mochuelo a su olivo”… si no lo han desahuciado todavía… o también: “Cada uno para su santo y a la mierda el resto” que dice el bueno de Casado.), en el transcurso de las ilusionantes campañas electorales se TRANSforman, (si lo desean, aprovechen la coma y respiren, recobren el aliento que prisa no hay) en un periquete y sin pasar por el quirófano, en indisimuladas  prácticas corruptas, y también, aunque más de tapadillo, en opacas y muy lucrativas operaciones corruptoras… por supuesto todo ello una vez que tenés la “inmunidad o en su caso impunidad” y  la poltrona bien atada, repito: bien pillada por sus partes. Y llegados hasta aquí, menos mal, che, que esto, digo lo del timo de los partidos y los muy escogiditos pibes y pibas: diputados, senadores y demás representantes democráticos, sólo pasa en incivilizadas colonias yanquis de segunda división como Argentina (en lo tocante a Malvinas cedidas graciosamente por el Imperio al “otanista” lacayo británico), situadas todas ellas bien en la salvaje jungla, la bárbara periferia o el sub-humano culo del convenientemente empobrecido Sur Global… ¿o no es así, boludo?

 

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«Aquí estoy, no puedo hacer otra cosa»

(Lutero)

 

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Y ahorita mismo llega a nuestro buzón “el significado que somete al significante”, y lo hace de la mano del resistente chileno, LUIS CASADO:

 

 

NIHILISMO

 

“…El Hombre repite sus acciones en un mundo indiferente a sus aspiraciones. Los obstáculos que se alzan ante él hacen que sus actos aparezcan inútiles y desprovistos de sentido. Para Camus, el único modo de lograr un cierto tipo de libertad consiste en aceptar ese absurdo.

 

Visto así… la muerte de Allende, el asesinato y la desaparición de miles y miles de militantes, la lucha por el retorno de la democracia, los sacrificios auto impuestos por quienes no se resignan a vivir en el Chile heredado de la dictadura y de la Concertación no tienen destino. Lo nuestro es levantar la roca intentando alcanzar la cima, sin lograrlo jamás.

 

Sé que me dirás que esto parece un Editorial del Mercurio y llevas razón. Sin embargo, si examinas la historia del Imperio constatas que los EEUU, de los 248 años de su vida independiente han pasado más de 230 años en guerra. ¿Qué buscan los EEUU con tanta guerra? ¿La libertad? No bromees.

 

Emmanuel Todd va hasta a asegurar que lo mejor que le podría pasar a la Unión Europea es la desaparición de los EEUU: por fin, dice, viviríamos libres y en paz.

 

Desafortunadamente los imperios no desaparecen por arte de birlibirloque. Ni lo hacen en un par de semanas. Mientras tanto nos queda decidir qué hacemos.

 

En un mundo de descreídos, escépticos y agnósticos -de boludos que no creen ni en su madre- podemos aceptar la inutilidad de toda acción política, seguir actuando de acuerdo a las reglas del juego impuestas por los poderosos, aceptar -como Camus- lo absurdo, jugar al Un, dos tres momia!, tener el buen gusto de morirnos, rezar, sumarnos a la magia que une en el poder a tirios y troyanos (o lo que queda de tales murgas), hacernos ermitaños, ponernos al servicio -convenientemente remunerado- del status-quo.

 

O bien, hacer como el tío Ho-Chi-Minh, o como Mandela (27 años en cana, antes de triunfar), o más cerca de nosotros, como Allende (toda una vida al servicio de la causa de los pringaos), o como Fidel, el Ché y Camilo. O más modestamente, hacer como Missak y Mélinée Manouchian y sus 22 camaradas del Cartel Rojo, partisanos fusilados en el Mont-Valérien por los nazis. O como hicieron nuestros padres y abuelos durante décadas… Militar hasta el fin de nuestras vidas por el cambio revolucionario de la sociedad de la que formamos parte.

 

¿Y el nihilismo? ¿Y la filosofía del absurdo? ¿Te sorprendería si te digo que me los paso por el forro?

 

Luis Casado

 

( Fuente: https://www.lapluma.net/2024/03/04/63417/ )

 

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