miércoles, 19 de enero de 2022



[ 052 ]



OSG


“ (…) El sociólogo radical norteamericano James Petras, por ejemplo, ha cuestionado el papel reciente de las organizaciones no gubernamentales (ONG), ligadas, a su juicio, a las estrategias del imperialismo, herederas de las viejas misiones religiosas, cooperadoras de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y socialmente desmovilizadoras, por más que manejen una retórica democrática o populista. Embarcadas generalmente en microproyectos, soslayan una visión global de los males del imperialismo y, esgrimiendo el lema del protagonismo de la «sociedad civil», asumen una retórica antiestatal y neutralizan las protestas con su labor asistencial, promoviendo «un nuevo tipo de colonialismo cultural y económico so capa de un internacionalismo diferente»; con su énfasis en la autoayuda, «desmovilizan y despolitizan a los pobres». Sus directivos, que perciben fuertes sueldos y prebendas, suelen ser académicos, periodistas y profesionales que han abandonado tareas más ingratas y menos remuneradas en movimientos izquierdistas, aportando a su nueva acción «sus destrezas organizativas y retóricas y un cierto vocabulario populista». Por ello, se autodefinen como vanguardia de una nueva «sociedad civil» y en realidad son una «nueva clase» derivada de la financiación imperial y de su propia capacidad para controlar grupos populares. El posmarxismo –añade Petras– triunfa entre ellos como moda intelectual, gestionando proyectos locales en connivencia con el neoliberalismo. Antiguos guerrilleros y gestores de ONG –«rostro comunitario del neoliberalismo»– ya solo hablan de cooperación e interdependencia, y no de antiimperialismo…”

 

(Francisco Erice. “En defensa de la razón”)

 

*

3 comentarios:

  1. Pues estoy de acuerdo con ambos, Erice y Petras. No sé muy bien cuál es el mecanismo asociativo que me lleva a relacionar las ONG's con el infausto DOMUND, pero sucede cada vez que se mencionan dichas siglas.

    Menos caridad y más justicia social.

    Salud y comunismo



    ResponderEliminar
  2. Yo también tengo grabada en mi mente la hucha del Domund con la cabeza de un negrito que reposaba encima de la mesa del maestro. Me acuerdo del tal Moisés, un haragán redomado que pedía voluntarios para que le lavaran el coche a cambio de conceder la tarde libre a los agraciados. El muy gandul nos tenía hechizados cuando hablaba, porque poco a poco iba criando unas asquerosas boqueras blanquecinas en cada extremo de la boca. Seguramente el pájaro pensaría que no perdíamos detalle de la lección que recitaba, pero en realidad hacíamos apuestas sobre cuál sería al final la boquera más grande, la que se formaba a la derecha de la boca o la de la izquierda. En éste último lado tenía un tic nervioso que a veces provocaba la caída de la boquera dejando un pequeño rastro de saliva blanquecina por la barbilla. Por cierto que el colegio se llamaba Bienaventurada Virgen María, y en el bolsillo del babi llevábamos bordadas las iniciales B.V.M., que nosotros, alumnos pertenecientes al pobrerío sevillano, traducíamos por Bollo, Viena, Manteca…

    Aprovecho para recomendarte el libro de Francisco Erice. “En defensa de la razón”.

    Libro completo aquí:

    https://elsudamericano.wordpress.com/2021/12/21/en-defensa-de-la-razon-contribucion-a-la-critica-del-posmodernismo-por-francisco-erice/

    *

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Caray, Luis, tu descripción del maestro 'boqueras' es de un realismo tal, que he llegado a sentir náuseas e incluso a percibir ese tufo característico de aquellas menesterosas aulas. Una muestra más de lo bien que escribes, algo muy de agradecer en estos colonizados tiempos de aturrullantes banalidades.

      Y aunque acarreo más años que tú, y dado que en este país nada cambió en décadas de paz penitenciaria, supongo que nuestras respectivas experiencias escolares estarán seguramente salpicadas de vivencias similares. Aunque, ciertamente, no todas negativas. Imposible olvidar aquel maestro que con firme delicadeza y mucha paciencia me enseñó, lápiz en mano, a dar volumen a los cuerpos geométricos, dando así inicio a una vocación que aún perdura. Como dijo Fernando Pessoa: "Ver es haber visto".

      Soy muy torpe para encontrar estos libros con los que sueles obsequiarme, de modo que te agradezco doblemente sus enlaces.

      Salud y comunismo.


      Eliminar