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LO QUE NOS CUENTAN LAS VÍCTIMAS ‘QUE NO CUENTAN’
Como no todo va a ser esnifar desinformación:
Recordemos a la OTAN y su criminal intervención humanitaria en la antigua Yugoslavia.
«El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, y su postura acerca de la posible entrada de su país en la OTAN.
“Algunos dicen que deberíamos unirnos a la OTAN, y nuestra respuesta es que pensamos que debemos proteger al país nosotros mismos, porque tenemos nuestro Ejército, que protege nuestro país y el cielo", afirmó Vucic
El mandatario señaló, respecto a la alianza, que "la cooperación siempre es buena y es bueno perdonar, pero no podemos olvidar", enfatizando que "ninguno de los niños, soldados y civiles asesinados" durante "la agresión" lanzada contra el país —entonces parte de la antigua Yugoslavia— en 1999 será borrado de la memoria del pueblo serbio. Tras remarcarlo, Vucic pasó a recordar los nombres de los niños serbios asesinados durante el bombardeo de Yugoslavia por parte de la OTAN.
"Pronto marcaremos el aniversario de la agresión. Y no dudaremos en llamarlo agresión, y no intervención o campaña"
El presidente afirmó que se mantiene en contacto "con los líderes mundiales" para hacerles entender de "manera racional lo importante que es la paz. Espero que todos entiendan eso".
Este 24 de marzo se cumplirán 23 años del inicio de los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia, país que se desintegró tras una serie de conflictos étnicos en los años 90 y que en 1999 formaban solo las actuales Serbia y Montenegro. Las fuerzas de la Alianza intervinieron en el conflicto relacionado con la independencia de Kosovo sin contar con la aprobación de la ONU.
El entonces presidente de EE.UU., Bill Clinton, anunció el lanzamiento de los ataques contra Yugoslavia en un discurso el 24 de marzo de 1999, justificándolo como "una intervención humanitaria" para impedir "la represión brutal" de las fuerzas yugoslavas contra la mayoría albanesa en la provincia serbia de Kosovo.
Los bombardeos tuvieron lugar desde el 24 de marzo hasta el 11 de junio de 1999. Durante aquellos 78 días, la OTAN lanzó un total de 2.300 misiles contra 990 objetivos y 14.000 bombas sobre el territorio de Yugoslavia. Solo en la capital, Belgrado, cayeron 212 bombas. También fueron lanzadas entre 10 y 15 toneladas de uranio empobrecido que provocaron un desastre ambiental y la multiplicación por cinco de los casos de enfermedades oncológicas.
Esos dos meses y medio de ataques aéreos incesantes se cobraron la vida de más de 2.000 civiles, entre ellos 88 niños, y dejaron 6.000 heridos.»
¿Para cuándo el Premio Nobel de la Paz para la sacrosanta OTAN?
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"El reiterado intento de demonizar a Milošević debería arrojar luz sobre este nuevo esfuerzo de la clase opresora destinado a debilitar y dividir toda resistencia a su dominio. El imperialismo ha practicado campañas de demonización similares contra Muammar Gaddhaffi de Libia, Fidel Castro de Cuba, Robert Mugabe de Zimbabwe y otros. Campañas que hoy se aplican contra Nicolás Maduro de Venezuela, Bashar al-Assad de Siria y demás líderes de los países que pretenden aplastar."
ResponderEliminarJohn Catalinotto
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Estoy completamente de acuerdo con lo que denuncia Catalinotto, pero me parece insuficiente y creo necesario añadir que la verdadera trampa comienza en sus catastróficas consecuencias cuando, una vez estigmatizado ‘el líder’, se transfieren de forma automática a todo el país (grupo social, organización etc…) los supuestos ‘pecados’ de éste, tal y cómo estamos padeciendo en estos momentos con la criminalización del ‘líder’ Putin y en el mismo paquete la histérica rusofobia que afecta por igual a vivos y muertos. Todo ello gracias a las eficaces consignas difundidas por los medios de desinformación en comandita con los ‘acreditados voceros’ de la ideología dominante, hacen que tal muestra de fanatismo fascistoide, predomine en los cerebritos de la mayoría del rebaño, perdón, entiéndase mayoría de la población biempensante.
EliminarSalud y comunismo
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Una muy pertinente puntualización la tuya.
EliminarIngenuo de mí, llegué a pensar que habría un límite para tal aluvión de obscena propaganda, un límite a partir del cual esa "mayoría de la población biempensante" empezaría a percatarse del exceso. Me equivoqué. El nivel receptor de dicha población es de una puerilidad desconcertante. Lo obvio se muestra por todas partes sin ser visto, he ahí el perverso poder narcótico de los medios manejados por esa caterva de mercenarios disfrazados de periodistas. Es verdaderamente nauseabundo.
Salud y comunismo
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