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¿UN CHOQUE ENTRE CIVILIZACIÓN Y BARBARIE?
Eduardo Torres Cuevas
“(…) El historiador antillano Eduardo Torres Cuevas, llegó a calcular magistralmente el monto de dicho exterminio humano solo en la Isla de Cuba, una de las primeras zonas incorporadas a la economía-mundo capitalista, llegando a conclusiones espantosas.
«Para 1510, se ha calculado un monto demográfico en el archipiélago cubano de unos 112.000 habitantes, aunque esta cifra puede ser modificada por estudios posteriores. De ese total se calcula que el 90 por ciento estaba compuesto por taínos y el resto por los demás grupos aislados, aunque los definidos dentro de los taínos podían ser también resultado de la unificación y transculturación. Se estima que esta población tenía una esperanza de vida entre 20 y 25 años y que se duplicaba cada 115 años. A los 32 años de establecido el dominio colonial, según las fuentes documentales, sólo quedaban 893 aborígenes; esto significa que el 99,21 por ciento había desaparecido, cifra que pudiera considerarse elevada si se tiene en cuenta la natalidad. Una cultura que llevaba diez siglos de evolución en Cuba — su llegada en el tiempo coincide con la invasión bárbara visigoda de España y el fin del imperio romano occidental — despareció pocos años después de la llegada a América, a fines del siglo XV, de los descendientes de los visigodos, los españoles. Este hecho fue presentado como un choque entre civilización y barbarie pero, quizás, a los ojos de los taínos, los términos resultarían invertidos. Si se tiene en cuenta que aquella era una cultura antillano-caribeña presente en casi todas las islas y que de un cálculo de más de un millón y medio de personas apenas quedaban unos cientos hacia 1550, se entiende la magnitud del holocausto. Para ellos, que recibieron a los recién llegados con muestras de paz y amistad, el encuentro de esos dos mundos no sería, como afirmaron algunos conquistadores, el acontecimiento más importante después de la creación sino, por el contrario, el cumplimiento de la última profecía bíblica: el Armagedón pero sin sobrevivientes elegidos por Dios. Sería, en su realidad, el fin de la creación».
[ Torres-Cuevas, Eduardo; Loyola Vega, Oscar: Historia de Cuba 1492–1898, Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 2001, pp. 25 – 26. ]
Fuente: https://medium.com/la-tiza/los-aportes-teóricos-de-immanuel-wallerstein-34a51530bde
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Si tal atrocidad se ha propiciado y exaltado por criaturas de la misma especie, ¿de qué destrucción no seremos capaces con todo lo demás? Sólo hay que contemplar el mundo para responderse.
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LA BARBARIE IMPERA…
ResponderEliminarAtrocidades cometidas por criaturas de la misma especie, cierto, pero también es verdad que no pertenecen a la misma clase social, que unos ‘privilegiados’ ejercen de esclavistas y otros ‘menos afortunados’ padecen como esclavizados, unos actúan como explotadores y ¡¡civilizados!! y otros subsisten a duras penas en el rol de ¡¡bárbaros!! y consecuentemente explotados…
Lo veo como ‘eventos’ de la lucha de clases, tanto las masacres de Cuba en el siglo XV como, ya en el siglo XXI, la reciente masacre del ‘Muro de Melilla’, del Muro contra los palestinos, del Muro contra los saharauis, del Muro-Foso del Mediterráneo, del Muro-Yanqui contra los desposeídos de Latinoamérica…
Como dijo no se quién: “Es que no lo pensamos, pero, si te pones a pensarlo, no te ríes más”.
«Yo no creo que exista ciencia social que no esté comprometida. Eso, no obstante, no significa que sea imposible ser objetivo. Pero la realidad social es distinta. Existe en el presente y desaparece al ir convirtiéndose en pasado. Sólo se puede narrar verdaderamente el pasado como es, no como era. Ya que el rememorar el pasado es un acto social del presente hecho por hombres del presente y que afecta al sistema social del presente. La ‘verdad’ cambia porque la sociedad cambia. En un momento dado, nada es sucesivo, todo es contemporáneo, incluso aquello que es ya pasado».
( Immanuel Wallerstein )
Salud y comunismo
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Una indiscutible puntualización, la de las clases sociales, que no suma a mi comentario, sino que lo corrige y sitúa acertadamente en la raíz, algo que se agradece.
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Camarada Loam, nada más lejos de mi intención que puntualizar o corregir tu comentario, que por otro lado y como de costumbre suscribo completamente. Resulta que a uno siempre le resulta más fácil detectar en en texto ajeno el compartido y extendido hábito de dejar implícito la base fundamental del argumento ‘porque a estas edades es algo que damos por sentado y sabido’, de modo que olímpicamente renunciamos a explicitarlo. Así que nos permitimos esa cuota de irracionalidad que nos hace desdeñar el profundo significado de otro axioma propio y bien conocido: “La ideología dominante en cada época la ideología de la clase dominante”. Y es esa ideología dominante y su lenguaje opresor el que –en medio de la batalla de las ideas– ‘censura’ o evita por todos los medios el uso de expresiones ‘significativamente peligrosas’ como clases y lucha de clases, explotación, plusvalía, imperialismo, insurgencia, terrorismo de Estado… Recuerdo un texto de Gramsci en sus ‘Cuadernos de la cárcel’ en el que explicaba que, aunque no ignoraba que la ‘cosa’ podía decirse con otras palabras, siempre procuraba escribir: ‘explotadores y explotados’. Para que no se me olvide, añadía el guasón. Por su parte, Lenin calificaba como ‘maldito lenguaje’ el obligado recurso a las ‘metáforas tipo Esopo’. Y, en otro contexto pero en el mismo sentido, avisaba Lenin: “Podemos decir que el imperialismo es la fase monopolista del capitalismo. Pero no olvidemos que las definiciones excesivamente breves, si bien son cómodas, pues resumen lo principal, son, no obstante, insuficientes”. En fin, aunque pueda parecer éste un ejercicio demasiado puntilloso, cualquier excusa es buena para refrescar los pensamientos revolucionarios que nos han legado ‘expertos’ luchadores comunistas como Lenin o Gramsci. En todo caso, todo lo que digamos y hagamos hasta el mismísimo día en que enterremos definitivamente al capitalismo, será notoriamente insuficiente.
EliminarSalud y comunismo
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