lunes, 30 de enero de 2023

 

[ 329 ]

 

PROSA SATÍRICA

Francisco de Quevedo

 

 

VIDA DE LA CORTE Y CAPITULACIONES MATRIMONIALES

 

 

 

DEDICATORIA A CUALQUIERA TÍTULO

 

La mucha experiencia que tengo de la corte, aunque en el discurso de juveniles años, me alienta a dar a entender lo que en ella he conocido. Hame importado buscar, como más obligado, el modo de asegurar este tratadillo de tanto mormurador como se usa, y me ha parecido darle tal defensor que a su amparo pueda este mísero barquillo navegar el proceloso mar y salir salvo a la orilla. Por tanto, fuera de la obligación y afición que tengo a vuesa señoría (aunque no le conozco ni sé quién es), y advirtiendo su valor, claro ingenio, buen nombre, virtud y letras, en las cuales desde la tierna edad ha resplandecido, fuera yo digno de reprensión y de ser argüido de ingrato si reconociera a otro, fuera de vuesa señoría, por mecenas y defensor de mi curiosidad, que no la quiero llamar obra. La cual, recibiéndola por propia, defendiéndola y amparándola, suplirá los defetos que de mi parte tiene; los censuradores quedarán temerosos para no morderme, los de buena intención alumbrados y yo con el fin que pretendo, que es servir a vuesa señoría y a todos. Guarde Dios a vuesa señoría cuanto desea.

 

 

PRÓLOGO

 

Algunos autores buscan otros mejores ingenios que los suyos, a los cuales compran prólogos para con ellos dar muestras de su habilidad y que los que compran sus obras les atribuyan lo que en ellas no hay, y con esta suficiencia y buen estilo engañan a los ignorantes y a veces a los que no lo son, llevados del cebo de aquel primer proemio, con que unos y otros sueltan su dinero, que es el fin principal de muchos que hoy escriben a bulto y manchan el papel a tiento. Yo, pues, no pretendo ganar nombre de autor, ni menos enriquecerme con mis borrones: quien quisiere experimentar lo que contiene mi tratado, léale y juzgue lo que le pareciere, que yo confío no le ha de reprobar por fabuloso. Solo ruego al benévolo lector que repare es esto lo que pasa y sucede en la corte, y que solo vendo el trabajo que confío ha de tener algún merecimiento cerca de los hombres curiosos.

 

 

CARTA

 

Amigo: mucho me pesa de que vuestra prudencia me tenga tanta inclinación, no pudiéndola desempeñar con serviros; mas ya que vivís en la corte, porque en ningún tiempo podáis formar de mí queja que no os doy aviso de la corrupción de su trato, me ha parecido escribiros lo que dél he alcanzado. Por lo menos perjudicial empiezo, que son las figuras, y acabo con lo más pernicioso, que es la gente de flor.

 

 

[FIGURAS NATURALES]

 

Tengo por cierto que pocos se reservan de figuras, unos por naturaleza y otros por arte. Los naturales son los enanos, agigantados, contrahechos, calvos, corcovados, zambos y otros que tienen defetos corporales, a los cuales fuera inhumanidad y mal uso de razón censurar ni vituperar, pues no adquirieron ni compraron su deformidad; exceptuando a los que de sus defetos hacen oficio, como en la corte se usa; pues el manco, pudiendo aprender el de tejedor, y el cojo el de sastre, etcétera, compran muletas, estudian la lamentona y plañidera y otras acciones de pordioseros, andándose de iglesia en iglesia, de casa en casa, ya moviendo los ánimos con la lastimona, ya con la importuna. Tienen mucho de flor, pues con la licencia de pobres suelen en las iglesias limpiar el lienzo o la caja al que con más diversión oye la misa; y entrándose en las casas, también acostumbran, a falta de gente, desaparecer lo que hallan más a mano. Viven ordinariamente en los arrabales y partes más ocultas de la corte, donde se recogen de noche; el que tiene llaga la refresca y afeita para el día siguiente; fíanse los conocidos unos a otros y se ensayan como los comediantes; y los novatones obedecen a los maestros, a quienes acuden con algún estipendio.

 

Guardan su antigüedad y decoro, aunque, por la mayor parte reina la envidia en esta gente, de quien no os quiero decir más por extenso sus particularidades o malicias, dejando a los ciegos, a quien todo se debe sufrir, pues carecen de un sentido tan importante.

 

 

Y porque he dicho sumariamente de las figuras naturales, diremos de las artificiales, contra quien mi intento va dirigido.

 

 

 

FIGURAS ARTIFICIALES

 

Hay figuras artificiales que usan bálsamo y olor para los bigotes, jaboncillo para las manos y pastilla de cera de oídos. Su conversación, hablar de damas, caballos, caza, y alguna vez de poesía, a que se inclinan los enamorados; y no les satisface menos talento que el de Lope de Vega o don Luis de Góngora, por lo que han oído alabarlos. A lo superior llaman bonito; a lo bueno razonable, y a lo mediano pésimo; nada les contenta: la causa no la dan, porque no la saben. En todas las cosas hablan y de ninguna entienden.

 

Andan juntos de tres arriba; usan de valentía con el yesero que les ensució el ferreruelo, con el chirrionero porque güele mal, con el aguador porque no hizo lugar; tratan ásperamente los miserables; y solos, traen la espada a la jineta, la daga a la brida con listón, de que usan también a falta de cadena, y es la acción más señoril de todas.

 

Enamoran en la comedia, donde toman entre seis un banco a escote, civil cosa para príncipes; en la iglesia, donde hay concurso y fiesta (que no es gente que reserva lugares sagrados para dejar de tratar de la insolencia, que llaman bizarría), son gesteros y afectados; no les mira mujer que no piensen se ha enamorado de sus gracias y buen talle.

 

Rondan enjertos en señores, a quien quitan pelillos y dicen: «No crió Dios tan bizarro y valiente príncipe, ni de tan superiores gracias como vuesa señoría». Y con estas insolencias y lisonjas, y ser alcagüetes, adquieren estos tomajones el vestido, la gala y el caballo prestado para bizarrear una tarde.

 

Son grandes estadistas de la vida, cobardes en extremo; tienen rufianes que riñan sus pendencias y los saquen de afrentas; rinden vasallaje de miedo a los desalmados y zainos, sus fiscales; tratan como matusalenas a sus amigas; son amigos de comer anís; juran «a fe de hidalgo», «a fe de quien soy», «como quien soy». Si acaso los quieren llevar a la cárcel, donde los tratan como merecen, dicen al alguacil: «Déjeme voacé y váyase con Dios, que yo hago pleito homenaje, a fe de caballero, de ir a casa del señor alcalde y acomodar esta causecilla», que tal vez será por haberse traído alguna pieza de plata de casa del señor donde entró. Y lo pretenden disimular con que fue por descuido. Que todos estos daños y otros mayores trae consigo querer sustentar mucha gala sin hacienda y tener dama de asiento sin renta.

 

Mucho más tenía que decir deste género de figuras, pero quiérolo diferir para otra ocasión…

 

(continuará)

 

 

 

[ Fragmento de: Francisco de Quevedo. “Prosa satírica” ]

 

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4 comentarios:

  1. Sin añadir o restar ni una coma, cubre esta sátira el presente, cual piel sobre el palimpsesto, con vigencia sorprendente.

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    1. ¡VIGENCIA DE SIGLOS!


      “…A este ritmo es probable que pronto estaremos en la clandestinidad. No es una exageración. Después de que cierren nuestros medios y nuestros canales, lo próximo será que traten de callarnos de otra manera mas expeditiva. Pero ya encontraremos los medios para que se oiga la voz de aquellos y aquellas que jamás la tuvieron. Aunque haya que volver a los muros, a las vietnamitas o a las radios de onda corta del siglo XX como ya hicieran nuestros padres y abuelos.”



      Completo aquí:

      https://www.bitsrojiverdes.org/wordpress/?p=21866

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    2. En este vídeo ruso, en el que se destaca la participación de la División Azul en el asedio de Leningrado, se muestran imágenes muy... "curiosas" sobre dicha división.

      (A partir del minuto 14:21)

      https://youtu.be/x-Q-d37a0Ic

      Salud y comunismo

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    3. Muy ‘curiosas’, tienes razón, el simulacro de corrida de toros me ha traído a la memoria las escenas reales en las que los fascistas asesinaban a los prisioneros ‘rojos’ después de torearlos, banderillearlos y rematarlos a estoque. Como curiosas son las historias ‘justificatorias’ que contaron, ya en plena ‘francocracia’, algunos ilustres o famosillos ‘voluntarios’ que se sumaron a la División Azul para, según decían, redimir ‘culpas’ propias o de familiares ‘rojos’. El caso es que fueron 45.000 y murieron en el frente 5000, 9000 resultaron heridos, 2000 mutilados, 400 cayeron prisioneros y 8000 enfermaron… ¡a manos de los abuelos y padres de Putin!
      Se comprende que en 2004, con Zapatero de presidente de la colonia yanqui Spain y con el soldadito español José Bono de ministro de Defensa, se invitara a un miembro de la División Azul al ‘Desfile de la Victoria’ camuflado bajo el nuevo alias de ‘Fiesta Nazional’.

      Salud y comunismo

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