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ES HORA DE ALZAR LA VOZ
John Pilger
«…Aunque se atribuyó a Trump, fue durante los dos mandatos de Barack Obama cuando la política exterior estadounidense coqueteó seriamente con el fascismo. De esto casi nunca se informó.
“Creo en el excepcionalismo estadounidense con cada parte de mi ser”, dijo Obama, que expandió el pasatiempo presidencial favorito, los bombardeos, y los escuadrones de la muerte conocidos como “operaciones especiales” como ningún otro presidente lo había hecho desde la primera Guerra Fría.
Según una encuesta del Consejo de Relaciones Exteriores, en 2016 Obama lanzó 26.171 bombas. Es decir, 72 bombas cada día. Bombardeó a los más pobres y a la gente de color: en Afganistán, Libia, Yemen, Somalia, Siria, Irak, Pakistán.
Cada martes –informó The New York Times– seleccionaba personalmente quienes morirían por el fuego infernal de los misiles disparados desde drones. Bodas, funerales, pastores eran atacados, junto con los que intentaban recoger las partes de los cuerpos que engalanaban el “objetivo terrorista”.
Un destacado senador republicano, Lindsey Graham, calculó que los drones de Obama habían matado a 4.700 personas. “A veces se alcanza a gente inocente y lo odio”, dijo, “pero hemos acabado con algunos miembros muy importantes de Al Qaeda”.
En 2011, Obama declaró a los medios que el presidente libio Muamar Gadafi planeaba un “genocidio” contra su propio pueblo. “Sabíamos…”, dijo, “que si esperábamos un día más, Bengasi, una ciudad del tamaño de Charlotte [Carolina del Norte], podría sufrir una masacre que habría reverberado en toda la región y habría manchado la conciencia del mundo”.
Era mentira. La única “amenaza” era la inminente derrota de los islamistas fanáticos a manos de las fuerzas gubernamentales libias.
Con sus planes para un renacimiento del panafricanismo independiente, un banco africano y una moneda africana, todo ello financiado por el petróleo libio, Gadafi fue presentado como un enemigo del colonialismo occidental en el continente en el que Libia era el segundo Estado más moderno.
El objetivo era destruir la “amenaza” de Gadafi y su Estado moderno. Respaldada por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, la OTAN lanzó 9.700 misiones de combate contra Libia. Un tercio se dirigió contra infraestructuras y objetivos civiles, informó la ONU. Se utilizaron ojivas de uranio; se bombardearon las ciudades de Misurata y Sirte. La Cruz Roja identificó fosas comunes, y Unicef informó de que “la mayoría [de los niños asesinados] eran menores de diez años”.
Cuando a Hillary Clinton, secretaria de Estado de Obama, le dijeron que Gadafi había sido capturado por los insurrectos y sodomizado con un cuchillo, se rió y dijo a la cámara: “¡Vinimos, vimos, murió!”…»
Completo aquí:
https://piensachile.com/2023/05/08/la-guerra-que-viene/
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