viernes, 7 de junio de 2024

 

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CARLOS MARX  / FEDERICO ENGELS

CORRESPONDENCIA

 

 

 

 

8. DE ENGELS A MARX

 

[Manchester] 5 de febrero de 1851.

 

Los librecambistas se valen de la prosperidad, o semiprosperidad, para comprar al proletariado, y John Watts está haciendo de comisionista. Tú conoces el nuevo plan de Cobden: una Asociación Nacional de la Escuela Gratuita para hacer pasar una ley que autorice a los municipios a imponer por su cuenta impuestos locales para la creación de escuelas. La cosa está siendo activamente impulsada. En Salford ya se han establecido una biblioteca pública y un museo en donde el préstamo de libros y la sala de lectura son gratis. En Manchester, la Gasa de la Ciencia —y en este caso, como lo reconoció con la mayor gracia el alcalde, Watts fue realmente el corredor— fue adquirida por suscripción pública (cerca de 7.000 £ en total) y será trasformada a la par en biblioteca pública gratuita. Será abierta a fines de julio y contará al comienzo con 14.000 volúmenes. Todas las reuniones y asambleas realizadas a estos propósitos atruenan con elogios a los obreros y especialmente el benemérito, modesto, útil Watts, quien está ahora en los mejores términos con el obispo de Manchester. Ya preveo el estallido de indignación ante la ingratitud de los obreros, que se desbandarán por todos los costados al primer choque.

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[ La “prosperidad” a que aquí se refiere Engels fue la apertura del período 1848-1880, en que el capitalismo industrial llegó en Inglaterra a su punto culminante. Más tarde, Engels se refirió al período 1850-1890 como el “sueño invernal de cuarenta años" del proletariado inglés.

Cobden, Richard (1804-1865). Manufacturero textil de Manchester que junto con John Bright había dirigido la agitación contra las Corn Latos. Una vez derogado el impuesto sobre el cereal importado en 1846, los esfuerzos de los "apóstoles del librecambio” se dirigieron contra otros aranceles, en favor de medidas de “reforma financiera” (impuestos sobre la propiedad territorial) y de la ampliación del voto. A fin de fortalecer esta agitación, los reformadores financieros requirieron una vez más el apoyo de la clase obrera. Lo conquistaron ampliamente a través de la agitación en favor del sufragio universal, en el período siguiente. Marx y Engels demostraron cómo la política de Bright y Cobden representaba los intereses de la burguesía industrial naciente en oposición a los de los grandes terratenientes. Entre los que apoyaban a estos ‘liberales” figuraban los más brutales explotadores de los obreros. Los “librecambistas” se habían opuesto tenazmente a la ley de las diez horas (que limitaba la jornada en las fábricas inglesas a diez horas), ley que los terratenientes hicieron aprobar en 1847. Véase Engels, Die Lage der arbeitenden Klasse in England [La situación de la clase obrera en Inglaterra], Die Englische Zehnstundeubill [La ley inglesa de las diez horas] y The Ten Hour Question [El problema de las diez horas] (1850); Marx, Discours sur la Question du Libre Echange [Discurso sobre el librecambio], del 9 de enero de 1848, y El capital. [N. de la ed. inglesa.]

 

“Los librecambistas (los hombres de la escuela de Manchester, los reformadores parlamentarios y financieros) —escribía Marx en su artículo sobre los cartistas en The New York Tribune (del 10 de agosto de 1852)— son los representantes de la sociedad inglesa moderna, los representantes de esa Inglaterra que domina el mercado mundial. Representan el partido de la burguesía que tiene conciencia de sí misma, del capital industrial que lucha por hacer valer su poder social también como poder político, y por eliminar los postreros y arrogantes vestigios de la sociedad feudal. Este partido es dirigido por la parte más activa y enérgica de la burguesía inglesa: los manufactureros. Lo que reclaman es el predominio completo y desembozado de la burguesía, la sujeción abierta y oficial de la sociedad a las leyes de la producción burguesa moderna y al mando de los hombres que dirigen esa producción. Por librecambio entienden el movimiento sin traba del capital, libre de toda atadura política, nacional y religiosa”.

“La lucha de este partido contra las viejas instituciones, productos de una etapa caduca, evanescente, del desarrollo social, se resume en la consigna: produzca tan barato como pueda y acabe con todos los ‘faux frais” de la producción (con todo gasto superfluo, innecesario para la producción). Y esta consigna no se dirige únicamente a la persona privada sino, y principalmente, a la nación entera.”

 

De esta manera, dice Marx, se oponían a la Corona, a la Cámara de los Lores, al gran ejército permanente, a la Iglesia del Estado y sus posesiones, a la rutina del derecho inglés y a las guerras nacionales, en cuanto constituían “costos de producción” superfluos. (“Inglaterra puede explotar a otros países en forma más barata si está en paz con ellos".) Pero la razón por la cual la burguesía, después de su primera victoria sobre la aristocracia al derogarse las Corn Lates, no había seguido adelante en forma más radical, era “que en cada movimiento violento es obligada a apelar a la clase obrera”. Y si la aristocracia es su opositora en trance de desaparecer, la clase obrera es, en cambio, su enemigo naciente.

 

“Prefieren llegar a un compromiso con el opositor moribundo antes que fortalecer al enemigo naciente a quien pertenece el futuro, mediante concesiones de una importancia que no es sólo aparente.” [N. de la ed. inglesa.]

 

Watts, John. Antes partidario de Owen. Conciliador pequeñoburgués. En El capital, t. I, cap. XXI, Marx cita en una nota un pasaje de un folleto de John Watts en que se sostiene que el trabajo a destajo es mejor para el obrero que el trabajo por hora, y que mejora su condición.

“Los trabajadores a destajo son, en efecto, sus propios patrones aun cuando trabajen el capital del empleador.”(John Watts, Trade Societies and Strikes, Machinery and Cooperative Societies, Manchester, 1865.) “Cito esta obrita —dice Marx— porque es un verdadero sumidero de todos los apologéticos lugares comunes, podridos hace tiempo.”

En 1846 (el 16 de setiembre), Engels había escrito sobre Watts que su nueva finalidad en la vida era “volverse respetable entre los burgueses a pesar de su irrespetuoso ateísmo y socialismo”; y el 17 de diciembre de 1850: “Ahora consiguió un negocio mucho mayor en Deansgate [... ] En los Comités Educacionales se sienta fraternalmente al lado de sus antiguos opositores, los pastores disidentes, y de vez en cuando permite que se eleven oraciones en acción de gracias por la muy hábil conferencia que leyó esa noche.” [N. de la ed. inglesa.]

 

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