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APUNTES
(Bolsa ilustrada de escombros, plagios, escolios y préstamos)
8 Noviembre 2024
“Bien están las iniciativas multipolares, mientras no se olvide que el mundo en realidad tiene dos polos: el de quienes trabajan y no tienen nada, y el de quienes no trabajan y lo tienen todo”.
( Luis Britto )
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LA REALIDAD ES QUE EN EE.UU. CUALQUIER HOMBRE O MUJER CORRIENTE QUE DISPONGA DE UNOS 2.000.000 MILLONES DE DÓLARES Y EL APOYO MEDIÁTICO DE UN RAMILLETE DE CORPORACIONES GLOBALES, PUEDE LLEGAR A FIGURAR COMO PRESIDENTE. ¿QUÉ PAÍS IGUALA ESO?
HELENA VILLAR: ¿Cuánto dinero malgastó Kamala Harris para perder las elecciones? La carrera presidencial de este año hizo de estos comicios generales los más caros de la historia de Estados Unidos: el Partido Demócrata y el Republicano gastaron un total de $ 3.500 millones, mientras sus equipos de campaña, donantes externos y comités recaudaron casi $ 4.200 millones. La mitad de todo el gasto fue a parar a publicidad y medios de comunicación, sobre todo en los siete estados indecisos, donde gastaron casi $ 1.500 millones, y dos tercios de esta cuantía eran de Kamala, quien invirtió casi la mitad de dicho dinero en Pensilvania, donde perdió. Kamala Harris fue, con diferencia, la que más dinero destinó a su campaña electoral. Recaudó $ 2.300 millones y gastó $ 1.900, mientras que Donald Trump obtuvo $ 1.800 millones e invirtió $ 1.600 millones. Los mayores donantes de Kamala fueron, además, multinacionales que controlan la tecnología, la información y el sector audiovisual: el buscador Google (1.º), las tecnológicas Microsoft (2.º) y Apple (5.º), el servicio de nube Oracle (6.º), la red social Facebook (17.º), y las plataformas de ‘streaming’ Netflix (11.º), Amazon (16.º) y Disney (20.º). De hecho, Kamala realizó el mayor gasto de la historia en publicidad digital, contribuyendo a que el monto mundial supere por primera vez el billón de dólares en un año, algo que beneficia, precisamente, a tres de sus principales donantes, Meta, Amazon y Google, que concentrarán el 43,6 % de todo lo gastado en anuncios. La gigantesca campaña electoral de Kamala también recurrió al secretismo: un Comité de Acción Política suyo, Future Forward, se negó a declarar de dónde había sacado el 40 % de sus recaudaciones. Sin embargo, ni todos los favores turbios que pidió Kamala le sirvieron para sentarse en la Casa Blanca como presidenta. Fuente: Financial Times y The New York Times.
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CAITLIN JOHNSTONE: «…Permítanme simplificar las cosas: si aplauden al presidente de Estados Unidos, no están luchando contra el poder. Eres un lamebotas adorador del poder y deberías sentirte avergonzado.
Tu presidente no es tu amigo. El presidente de Estados Unidos siempre, siempre estará al servicio de la estructura de poder belicista a la que correctamente cree que debe oponerse. Los plutócratas y administradores del imperio que gobiernan su país nunca, jamás, permitirán que usted los saque del poder.
Espero que eso ayude…»
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“…Desde el comienzo de la 'perestroika', cuando nos llegó la oferta de reemplazar nuestra memoria histórica con sus raíces culturales por la libertad de elegir entre mil variedades de papel higiénico, se empezó a construir nuestra sucursal del megamercado de este tipo de democracia. Mientras uno de sus primeros promotores, Yeltsin, tambaleaba borracho en Nueva York explicándole a la prensa qué libre se sentía sobrevolando la Estatua de Libertad, desde las bases de la OTAN en Europa, se descargaban bombas destinadas a caer sobre Yugoslavia…”
( Oleg Yasinsky )
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LUIS CASADO: «…Contrariamente a lo que aseguran las malas lenguas, la lucha de clases no la inventó Karl Marx.
Adam Smith, David Ricardo y más tarde Marx, Keynes y otros, la vieron en la realidad que los rodeaba: no hicieron sino constatarla.
David Ricardo, otro fundador de la llamada ciencia conómica, estimó que la repartición del producto es la cuestión principal de la economía política. Ricardo constató que existe una relación lineal inversa entre salarios y lucro. Lo que, -dice Ricardo-, va a tener implicaciones considerables. Ya lo sabes: el tira y afloja entre las clases por obtener una mejor parte a la hora de distribuir el producto conseguido gracias a los factores de producción: la lucha de clases.
El capitalista argumenta que si los salarios son muy altos, él, pobre empresario, verá disminuir el lucro y por consiguiente tendrá menos capital que invertir para obtener aún más lucro. Él no lo dice así: el capitalista sólo desea invertir más para dar más trabajo y así hacer la felicidad del currante.
Felicidad que se conjuga en tiempo futuro. Un economista normalmente constituido, debatiendo en la TV, confrontado a la demanda de una mejor repartición del producto, se apresura en precisar que la distribución no se hace ex ante: el reparto debe hacerse una vez producido el producto. Primero hay que producir, señala el economista que descubrió América.
Para estos pinches “expertos” en toda su Historia la Humanidad no ha producido nada, y el capital acumulado en un puñado de manitas cayó del cielo. Eso no se toca. Ni ahora ni nunca.
La acumulación continúa. En los últimos siete años, en Francia, las 500 personas más ricas doblaron su patrimonio. Poseen ahora algo más del 45% del patrimonio francés, en un país de 68 millones de habitantes. Así, el 0,000001% de la población concentra el 45% de la riqueza y, cosa curiosa, paga en impuestos (de todo tipo) menos de la mitad de lo que paga un picante que recibe el salario mínimo.
Este es el resultado de la lucha de clases. Que ganaron ellos…»
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Me-ti enseñaba: Pensar es una actitud del hombre para con el hombre. El pensamiento se ocupa mucho menos del resto de la naturaleza, porque el hombre llega siempre a la naturaleza haciendo un rodeo a través del hombre. En toda idea hay que buscar, pues, al hombre del cual proviene o hacia el cual se dirige; sólo entonces se comprende su eficacia.
Me-ti decía: El destino del hombre es el hombre.
(Bertolt Brecht. "El libro de las mutaciones")
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Al 'Oberstgruppenführer' Elon Musk hay que añadir toda una cohorte de fascistas multimillonarios, como Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Miriam Adelson y otros menos mediáticos, aunque igualmente influyentes, que se han encargado de facilitar a Trump la ganzúa de la Casa Blanca. Serán todas estas insaciables sanguijuelas las dictaminen las políticas del gobierno de EEUU y su histriónico presidente. Y, por supuesto, las de sus lacayunas colonias europeas. Sin embargo, el guion de la farsa exige que los medios de desinformación, chorreando sangre, aunque amarilla casi en su totalidad, se prodiguen con espectaculares titulares de los "grandes cambios" que se avecinan merced al nuevo bufón en jefe. Mientras tanto, los auténticos cambios se silencian convenientemente, no forman parte de la narrativa oficial. Lo del Prestige fue reducido a "un chorrito", lo de Valencia (al tiempo) a unas gotillas. Y seguirá la liebre corriendo por el mar y por el monte la sardina. En fin...
ResponderEliminarSalud y comunismo
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CAMBIAR LA DIRECCIÓN DEL VIENTO, AUNQUE SIN MODIFICAR EL MAR DE FONDO.
ResponderEliminarTras el mediático circo electoral, la verdadera política de los EE. UU. retorna, al menos a los ojos de los menos cegatos, a su inalterable cauce. El Imperio es así, y yastá, Casado dixit. Cauce inalterable porque ‘el títere’ que ocupa la Casa Blanca, demócrata o republicano: Donald Harris o Kamala Trump (conviene recordar que como excepción ambos títeres, cada uno en su jerga, dejaron meridianamente claro que el apoyo financiero y armamentístico al genocida Ente Sionista estaba fuera de discusión), no pinta una mierda a la hora de tomar las decisiones políticas de gran calado (Eso es exclusiva de la élite oligárquica y del Poder Sionista Mundial). Les queda, por supuesto que sin salirse del carril, únicamente la politiquería doméstica e infantiloide de ‘palomitas & entretenimiento’ (Menudo papelón el de las estrellitas multimillonarias de Hollywood). En lo fundamental nadie, ya esté dotado del más agudo o del más obtuso entendimiento, puede aportar la más mínima prueba que refute esta triste y tremenda afirmación: véase, sin ir más lejos porque para qué empachar, las políticas de gran calado desde Nixon hasta Trump y Biden. Desde el golpe de estado en Chile hasta las programadas revoluciones de colores, las manipuladas primaveras árabes o el amañado y sangriento Euromaidán en Ucrania. La terrible lista de guerras provocadas por los gobiernos yanquis, indistintamente demócratas o republicanos, a lo largo y ancho del planeta, no cabe en este comentario, pero si se tercia está al alcance de cualquiera que disfrute de internet y desee echarle un vistazo. Las criminales guerras económicas, agresiones menos evidentes pero de consecuencias no menos dramáticas ni palpables, desde el perverso bloqueo a Cuba hasta las injerencistas y desestabilizadoras ‘sanciones’ a Irán, Irak, Afganistán, Yemen, Venezuela, Nicaragua, China o Rusia… en fin, políticas de gran calado y de dirección única cuyos objetivos y resultados ya están determinados por su inflexible punto de partida y de llegada: los inmanentes, sacrosantos e innegociables intereses del Hegemón.
Salud y comunismo
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