sábado, 29 de marzo de 2025

 

[ 751 ]

 

 

 

 

CARLOS MARX  / FEDERICO ENGELS

CORRESPONDENCIA

 

 

 

 

37. DE MARX A ENGELS

Londres, 1 de febrero de 1858.

 

 

... Heráclito el Oscuro, por Lassalle el Claro, es en el fondo una muy débil compilación. Cada una de las muchas imágenes que para Heráclito vienen a corroborar la unidad de la afirmación y de la negación, le brindan a Lassalle la oportunidad de pronunciarse y de obsequiarnos, siempre extensamente, algún extracto de la Lógica de Hegel, procedimiento discutiblemente beneficioso. Lo hace como un escolar que tiene que demostrar en su ejercicio que ha estudiado a fondo el “ser", el “fenómeno” y el “proceso dialéctico”. Si un escolar se propone especular al respecto, se puede estar seguro de que, después de todo, apenas será capaz de conducir su pensamiento de acuerdo con la receta prescrita y según las formas sacramentales. Este es exactamente el caso de nuestro Lassalle. El hombre parece haber tratado de explicarse a sí mismo la Lógica de Hegel por medio de Heráclito, sin cansarse nunca de recomenzar perpetuamente este proceso. En lo que respecta a la erudición, hay una enorme exhibición de ella. Pero cualquier experto sabe cuán fácil es —cuando se tiene tiempo y dinero, y cuando como el Sr. Lassalle, se puede hacer que la biblioteca de la Universidad de Bonn le envíe directamente a la casa cuanto desee— juntar una tal exhibición de citas. Se puede ver cuán maravillosamente elegante se siente con sus adornos filológicos, moviéndose con toda la gracia de un muchacho que por primera vez en la vida viste un traje de moda.

 

 

Como la mayor parte de los filólogos carece de la concepción especulativa que predomina en Heráclito, cualquier hegeliano tiene la indiscutible ventaja de comprender lo que no comprende el filólogo. (Dicho sea de paso, sería extraño, en verdad, que por haber aprendido la lengua griega, un hombre sea filósofo en griego no siéndolo en alemán.) Pero, en lugar de dar todo esto por sentado, el Sr. Lassalle nos trata en cierto modo a la manera de Lessing. La interpretación hegeliana expuesta en la pesada fraseología legal se justifica en contra de las falsas interpretaciones hechas por los filólogos debido a su falta de conocimiento especializado. De manera que tenemos el doble placer, en primer lugar, de ver cosas dialécticas que ya casi habíamos olvidado, reconstruidas en toda su amplitud; y en segundo lugar, de que esta “herencia especulativa’’ sea reivindicada, en oposición a los filólogos no especulativos, como fruto de la astucia y la sapiencia filológico-jurídicas del Sr. Lassalle. Además, a pesar de la fatuidad de este tipo de pretender que Heráclito ha sido hasta ahora un libro inaccesible, no ha agregado absolutamente nada nuevo, en lo que concierne al punto principal, a lo que ya ha dicho Hegel en su Historia de la filosofía. Sólo lo presenta en detalle, lo que naturalmente podría haberse hecho con sobrada amplitud en un par de pliegos de imprenta. Y aun menos se le ocurre revelar cualquier reflexión crítica sobre la dialéctica misma. Si todos los fragmentos de Heráclito se imprimieran juntos, apenas llenarían medio pliego. Sólo a un tipo que publica libros a expensas de una tremenda "picara’’ se le ocurriría dar al mundo, con tal pretexto, dos volúmenes de sesenta pliegos.

 

 

Hay una sentencia de "Heráclito el Oscuro” que, a fin de explicar la trasformación de todas las cosas en sus opuestos, dice: “Así, el oro se trasforma en todas las cosas y todas las cosas se trasforman en oro”. El oro, dice Lassalle, es aquí el dinero (lo que es justo) y el dinero es valor. Por consiguiente el ideal, es lo universal, el uno (valor); y las cosas, lo real, lo particular, lo múltiple. Emplea esta notable muestra de penetración para darnos en una larga nota una exposición de sus descubrimientos en la ciencia de la economía política. Cada palabra es un desatino, pero declamado con notable presuntuosidad. En esto veo un indicio de que el hombre se propone presentar en su segunda gran obra la economía política a la manera hegeliana. Aprenderá a sus expensas que llevar una ciencia mediante la crítica al punto en que pueda ser expuesta dialécticamente, es una cosa enteramente distinta de aplicar un sistema lógico abstracto, de confección, a vagas nociones de ese mismo sistema.

 

 

Pero, como te escribí inmediatamente después de su primera carta ególatra, los viejos hegelianos y los filólogos deben haberse sentido realmente complacidos de hallar una mentalidad tan anticuada en un joven que pasa por gran revolucionario...

 

**

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario