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SI PATRICIA BOTÍN E IRENE MONTERO SON FEMINISTAS, QUE ME BORREN DE LA LISTA
(pintada en la estación de metro: “Pavones” / Madrid)
MICHAEL PARENTI, informa:
LA MALDICIÓN DE EVA
El género de la deidad de una sociedad está claramente determinado por el género de los que están en el poder. En el antiguo Egipto, Etiopía, Libia, Mesopotamia y otras civilizaciones primitivas, las mujeres ejercían la autoridad pública y jugaban un papel predominante en la sociedad. Y las deidades femeninas eran el objeto principal de reverencia. Estas culturas pre-indoeuropeas las describe la arqueóloga Marija Gimbutas como matriarcales, agrícolas, sedentarias, igualitarias y pacíficas. “Contrastan fuertemente con la cultura proto-indoeuropea, que fue patriarcal, estratificada, pastoral, ambulante y orientada a la guerra, impuesta en toda Europa excepto en las franjas del sur y del occidente… entre los años 4500 y 2500 (a. de C.). En el mundo patriarcal en el que emergió el cristianismo, las deidades eran convenientemente masculinas: Yaveh, Jehová, el Dios Padre, el buen rey Cristo y Jesús, el Hijo.
Algunos fieles proclaman, sin embargo, que la veneración cristiana a la Virgen Madre ayudó a elevar la baja posición de la mujer entre la sociedad de la época. De hecho, y a pesar de todas sus avemarías, los líderes masculinos de la iglesia proclamaron repetidamente la naturaleza inferior de las mujeres. Esto concuerda con la observación de Max Weber de que la igualdad de hombres y mujeres ante Dios, no es indicación segura de que las mujeres disfrutaran de igualdad de oportunidades en las comunidades religiosas. Ni tampoco la presencia de figuras de veneración femeninas o líderes femeninos de culto denotan o promueven la igualdad de género dentro del culto, si ese culto o religión tienen un dios masculino o una mitología dominada por los hombres. Refiriéndose a las comunidades rústicas cristianas, Jules Michelet resume que, aunque la Virgen como mujer ideal fue cada vez más estimada con el paso de los siglos, la mujer de la vida real siguió teniendo una baja consideración. No debe sorprendernos, porque la imagen idealizada de María era la de una mujer dominada por el hombre: sufridora, alimentando a sus hijos, gentil, pasiva, leal y pura.
El punto de vista cristiano sobre la mujer ha salido menos de María que de la imagen que nos da el Antiguo Testamento de Eva, la corrupta del Edén, la que hace caso de las ofertas de Satán, la que ha traído el castigo y la aflicción a la humanidad y por culpa de la cual todas las mujeres deben vivir en expiación sumisa. En Génesis 3.16, Yaveh lanza una maldición a Eva por su desobediencia:
“Multiplicaré tu dolor en la concepción, parirás a los hijos con dolor y sólo desearás estar con tu marido, y el mandará sobre ti”
La imagen de Eva como causa de la corrupción del género humano se debe a esto dentro de la mitología cristiana. Un himno que he oído recientemente en una iglesia episcopaliana contiene la línea, ‘mundi primam materiam, quam Eva turbavit’ (“la primera materia del mundo, que Eva convirtió en un caos”); y otro himno habla de ‘plagentia vulnera mortis, que Eva edificavit in tormenta animarum’ (“las heridas de muerte que Eva ocasionó a las almas atormentadas”).
Algunos discípulos de teología feministas tienden a menospreciar la misoginia inherente a la teología de los cristianos primitivos. Recalcan que la supremacía masculina fue un producto de la sociedad seglar en la que apareció la iglesia; al igual que el cristianismo nació como una secta y se convirtió en la corriente principal del mundo greco-romano, lo hizo la ideología de género dentro de las comunidades cristianas. Podemos concluir, dicen ellos, que la misoginia es algo históricamente accidental dentro del cristianismo, más que algo teológicamente central. Y no es necesario –o no debería serlo– tener prejuicios sexistas para ser un buen cristiano.
Los que den la bienvenida a una noción no sexista del cristianismo, no deben subestimar las afirmaciones misóginas de las que están llenas las Sagradas Escrituras y otros escritos de la iglesia primitiva. El Antiguo Testamento, que es parte de la Biblia cristiana, está lleno de fulminaciones contra los idólatras y licenciosos, que describe como adoradores de las antiguas deidades femeninas. En Jeremías, Ezequiel y en todas partes, la devoción a la divinidad femenina se asimila a la prostitución, a la infidelidad, a la disipación y a la brujería. Jezabel, esposa de un rey hebreo de Israel, se nos presenta como el prototipo de arpía, de hembra traidora y maligna, aunque su pecado real fue ser seguidora de la antigua religión de Aserah, una diosa femenina. Por ello fue muerta de forma horrible por un seguidor de Yaveh.
De acuerdo con el Antiguo Testamento, una mujer joven debe ser lapidada hasta morir si resulta que no es virgen. Si un hombre se acuesta con una mujer que pertenece a otro, ambos deben ser lapidados hasta morir, “la mujer porque no gritó”. Pero un hombre que viola a una virgen que no pertenece a nadie, simplemente debe pagarle a su padre cincuenta piezas de plata “y hacerla su esposa, porque la ha humillado”. Hay que hacer notar que el pago por el daño no se le hace a la víctima, sino al paterfamilias, que es su dueño. La víctima ya no es más que una mercancía estropeada. No tiene más opción que acceder a un matrimonio con su violador para mitigar la vergüenza que ha caído sobre ella por ser violada. Mientras tanto el violador no sufre ninguna vergüenza por su crimen ni ninguna sanción seria, siempre que haga los arreglos oportunos con el patriarca del que es propiedad la virgen. Estas actitudes todavía prevalecen en algunas partes del mundo. Incluso en Norteamérica hay comunidades donde el estigma de la violación es más grande para la víctima que para el culpable…
[ Fragmento de: LA HISTORIA COMO MISTERIO / Michael Parenti ]
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Oigo en la barra de un bar a un camionero que, animado por una abundante ingesta de cerveza, proclama apasionadamente su ferviente admiración por Che Guevara... aunque, apostilla, es votante de Vox. Supongo que también habrá millonarios anticapitalistas.
ResponderEliminar¡Grande el camarada Parenti!
Salud y comunismo
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Desde luego que abundan, y no sólo en las ‘inofensivas’ barras de los bares, esos curiosos ‘izquierdistas de palabra’ que sin embargo se muestran en la vida práctica como ‘derechistas de hecho’. A la inversa, salvo en delicadas situaciones de clandestinidad, ya es otro cantar.
EliminarY hablando de estos elementos híbridos y camaleónicos, el que parece que ‘cantó’ sobre el paradero de Guevara en Bolivia, cuando lo detuvo e interrogó la CIA fue el tal Régis Debray, que años después acabó de asesor del presi Mitterrand, otro elemento ‘híbrido y camaleónico’ que, a pesar de su pertenencia al Partido Socialista Obrero Francés, no tuvo empacho en colaborar con los nazis durante la ocupación de Francia… y años después con los amos yanquis cuando llegó a ‘figurar’ como Presidente de la República… en fin, el camionero casi seguro que no pasará de pobre ignorante, pero estos sinvergüenzas no se merecen ni olvido ni perdón.
Salud y comunismo
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